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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
19 October 2018
Nada, que estaba yo empeñadísima en conocer la prosa de Félix G. Modroño, y más empeñada todavía en hacerlo con el famoso doctor Zúñiga, pero como con la literatura no se pueden hacer planes (o yo no los hago demasiado... bueno, más o menos, pero soy una caótica ordenada, si eso es posible), se me cruzó primero por delante Secretos del Arenal y tuve que cambiar el chip. Y es que quienes me conocéis un poco sabéis que no me prodigo demasiado en este tipo de historias de dos épocas porque siempre me pasa lo mismo, que disfruto mucho más la del pasado que la del presente, y vaya, que una de vez en cuando no hace daño, pero tampoco voy buscándolas. Y hete aquí que, para mi sorpresa, Modroño casi, casi, ha conseguido lo imposible... o quizás lo que ha conseguido es aún mejor... pero no adelanto acontecimientos :)

La historia está narrada en dos tiempos. En el primero de ellos, ambientado en el presente y en Bilbao, conocemos la historia entre Silvia y Mateo en general, y la de Silvia en particular. Ella pertenece a una familia dedicada a la viticultura pero ha estudiado Periodismo, que ejerce como freelance para huir de esos viñedos. En uno de sus trabajos como periodista conoce a Mateo, un sumiller con el que mantiene encuentros esporádicos a lo largo de casi veinte años. Y es que sobre Silvia hay que conocer o entender dos cosas: una es que no ha superado el asesinato de su hermana, ocurrido en 1989 y del cual no se encontró al culpable; la otra es que representa eso que se ha dado en llamar el poliamor... Silvia tiene pareja, y esa pareja acepta no solo que tenga otras relaciones, sino que se enamore de otras personas, y Mateo forma parte de este último grupo. Está enamorada de los dos, pero que nadie se lleve a engaño: aqui el novio no pinta nada y el tema no va por ahí. Esta historia va de lo que Silvia quiere contarle a Mateo casi veinte años después de conocerle y no se atreve a hacer cara a cara; en su lugar, y desde el anonimato, le recomienda que lea una novela, Secretos del Arenal.

Y aquí entra la segunda trama, que muy originalmente introduce el autor a modo de capítulos de un libro que se llama como el libro real: Secretos del Arenal. Esta parte está ambientada en Sevilla, en los años posteriores a la Guerra Civil, con lo que eso implica: persecuciones ideológicas, planes para asesinar a Franco, huérfanos que vieron morir a sus padres, miseria, hambre... había que andarse con mucho cuidado durante aquellos años, en los que además en Europa se estaba librando la Segunda Guerra Mundial. Siendo esta una novela dentro de otra novela, conocemos a varios personajes, entre los que destacan estos cuatro: Olalla Carmona, jovencita de catorce años que vive con sus tías desde que sus padres fueron asesinados durante la guerra; Martín Villalpando, huérfano que trabaja de aprendiz en la redacción del ABC y que se enamora de Olalla nada más verla; Pepe Ravelo, el Tumba, violador y asesino que, estando en la cárcel, fue reclutado por los falangistas y ahora vive en Sevilla encargado de erradicar cualquier atisbo de conspiración en contra del régimen; y Madame La Madrid, que regenta una casa de señoritas donde acude lo más granado de Sevilla (y lo no tan granado), que usa su negocio para extraer secretos de sus clientes y que tiene un pasado que nadie conoce.

Y me perdonáis esta intro tan larga de la historia, pero es que quería exponerla claramente para dejar patente la aparente imposibilidad de conexión que existe a priori entre ambas tramas (y más teniendo en cuenta que una de ellas es un libro) pero que, obviamente, y dado que estamos ante el tipo de historia que estamos, tienen que acabar conectando al final de un modo u otro. Y es que aunque pueda parecer que os he contado mucho, realmente no os he contado nada de nada. Ni debo hacerlo, porque los hilos que van entretejiendo las dos subtramas solo aparecen cuando el autor así lo quiere, y aunque es cierto que a partir de determinado punto ves clara la conexión, dar cualquier pista de antemano resultaría fatal para el futuro lector.

Hablando de la trama en presente, la que protagoniza Silvia, debo decir que el autor me hizo reír al final del segundo capítulo, y es que parecía que nos estaba presentando a una protagonista femenina cliché y prototípica hasta que la última frase del segundo capítulo pone las cartas sobre la mesa, y lo hace tan sibilinamente que... pues eso, me hizo gracia :) Y a partir del tercero es cuando realmente Silvia se abre ante el lector y conocemos su filosofía de vida, así como su forma de ver las cosas, y el autor plasma sobre el papel reflexiones que dan en el clavo mucho más de lo que nos atreveríamos a confesar. Esto no quiere decir que el lector comulgue con el estilo de vida de Silvia, y de hecho el personaje corre el riesgo de no empatizar con muchos lectores que desaprueben lo que hace y la juzguen, pero me parece un personaje tan bien planteado en su fondo que, al menos en mi caso, eso no ha ocurrido. Aquí creo que Modroño ha sido muy listo al eliminar de la ecuación a su novio David y darle el tratamiento de ente; se le nombra pero no tiene ni una escena en el libro salvo algún recuerdo de tres líneas, así que novio que no ves, conflicto que no sientes. al quitarlo de la ecuación, elimina morralla innecesaria que entorpecería los cauces por los que navega la trama.

La trama del intralibro Secretos en el Arenal se adentra en plena posguerra civil española, que admito que no es un tema que busque como lectura (aunque luego me tope con algunas que me gustan mucho), y a la que al principio no llegaba a pillarle el punto porque se toma su tiempo para avanzar. Todos sus primeros capítulos son en sí mismos un tanto introductorios: primero presenta a Martín, luego a Olalla, luego al Tumba, luego a La Madrid... pero todo eso empieza a confluir en un momento determinado y es cuando esta subtrama despega. En cuanto al retrato de la situación política del momento, aunque da muchos detalles, lo hace para el lector de a pie sin apabullar ni adoctrinar (ni aburrir, dato importante), y la ambientación de la Sevilla de 1942 me ha parecido muy acertada. de hecho, tanto en la ambientación sevillana como en la vizcaína, se nota que el autor sabe por donde se mueve en todo momento: juega en terreno conocido.

Os decía arriba que Modroño casi había conseguido lo imposible, y es que durante al menos la mitad de la novela, para mi sorpresa, me estaba gustando más la trama del presente que la histórica, cuyo avance, como ya digo, no parecía llevar realmente a ningún sitio (a ningún sitio de interés, al menos). Ya me veía yo proclamando a los cuatro vientos que por fin había disfrutado más de la trama contemporánea que de la pasada en un libro de este tipo... pero no, al final nada de nada, porque llega un punto a mitad de narración en la que la trama histórica comienza a evolucionar, todo empieza a cuadrar, por fin pasan cosas... y Silvia, educadamente, se hace a un lado sin dejar de estar presente. de hecho el autor consigue un empate técnico entre ambas tramas y, sinceramente, para mí eso es lo mejor que se puede decir de una novela con esta estructura. Es lo que debería ocurrir en todos los libros con dos épocas que se entrelazan y que, por desgracia, muy pocas veces se consigue: debería existir una balanza entre ambas tramas, en la que el interés se alterne y en la cabeza del lector todo quede nivelado, en vez de quedarse con la sensación de que una trama sobra o no está a la altura. En este aspecto, creo que Modroño sobresale.

Ese Arenal del título representa dos puntos cardinales totalmente diferentes (El Arenal de Sevilla y El Arenal de Bilbao) y, por, tanto, pronto se hace evidente que ese secreto del Arenal del título representa más bien dos secretos. Realmente esta es la historia de dos mujeres muy diferentes de dos épocas muy distintas a las que une el secreto que ambas, cada una en su propia vida, guarda celosamente. Y sí, este el punto de partida de muchas de estas historias, pero lo que diferencia a esta, el descubrimiento con el que yo me quedo, es el de la prosa de su autor. Para mí ha sido lo mejor de la novela, porque aunque la historia es interesante, está bien hilada y el personaje de Silvia me parece muy logrado, es la narración de Modroño lo que da personalidad a todo eso y hace que no sea una historia más ambientada en dos épocas que se entrelazan, como tantas muchas otras que se publican todos los años. Félix G. Modroño escribe muy bien. Y sé que con esto no descubro nada a nadie porque llego tarde a la fiesta y ya lo conocéis todos, pero yo soy muy especialita y tenía miedo de no ver eso que todo el mundo ve en este escritor. Por una vez, y sin que sirva de precedente, lo he visto.

En resumen, si Secretos del Arenal me ha gustado mucho sin ser un género que me entusiasme, cuando me ponga con Zúñiga creo que me lo voy a pasar pipa.
Enlace: https://inquilinasnetherfiel..
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