Identidad

Crisis social, crisis de valores, intenso sentimiento antiinmigratorio, populismos variados que pretenden tener una solución sencilla a problemas complejos. Un panorama convulso que Fukuyama disecciona a través de las variadas corrientes filosóficas de la historia de la humanidad. El origen del concepto, ¿Cuándo surge la conciencia de identidad en la sociedad, en el ser humano? Si la pregunta crucial debería ser ¿quién soy? y esa búsqueda genera, según el autor, ansiedad y alienación... Cuando aceptas ese yo interno no se entiende el motivo por el que necesitar el reconocimiento público.
Debe ser, según Rousseau, que la infelicidad humana comienza con el descubrimiento de la sociedad. Tiene sentido que el enemigo sea siempre "el otro", aunque en realidad éste sea un espejo que refleja lo que menos nos gusta de nosotros mismos. ¿Dónde queda la dignidad del otro si ni siquiera sabemos donde está la propia? de ahí que todo lo que tenga que ver con recuperar la autoestima tenga tanto éxito. Es el nuevo paradigma por el que los ciudadanos deciden reconocerse a ellos mismos, siendo tal la necesidad que el Estado debería implementar políticas que refuercen la autoestima dañada. Mientras... ¿Dónde habíamos dejado la identidad? A medio camino entre Hobbes, Stuart Mill y Trump (todos ellos famosos por sus palabras...aunque de algunos se llegara a apreciar mejor su silencio) algunos de los nombres que Fukuyama utiliza, bien para desempolvar pensamientos, bien para matizar actitudes.
Según él la democracia, ahora en peligro precisamente por las mal gestionadas y planteadas políticas de identidad, exitosa no depende de la optimización de sus ideales, sino del equilibrio: equilibrio entre la libertad individual y la igualdad política. Reconocer la dignidad de los ciudadanos, al parecer, es más importante que las dotaciones económicas... (
Fukuyama ve necesaria una vuelta a la política con más sentido de estado, generosa y de más alto nivel...justamente nuestra mayor carencia. La democracia corre serio peligro. Otros sistemas de gobierno (omite citarlos aunque es obvio a qué se refiere) pueden llegar a parecer menos malos de lo que nos quieren hacer creer. El futuro, incierto, es todo un desafío. Muy interesante y de plena actualidad.