Cuídate de mí

Cuando me senté a leer Cuídate de mí sabía que me iba a encontrar con una trama, en apariencia sencilla, en la que tendría que averiguar quien había acabado con la vida de Manuel Velasco, un chico que fue juzgado acusado de abuso sexual y que resultó absuelto. Bien, me encuentro ante un ajuste de cuentas, me dije. Pero este libro es más que eso. Mucho más que eso.

María Frisa nos presenta, de una manera sencilla, simple y adictiva, una novela en la que nos va llevando por diferentes callejones oscuros, algunos sin salida, para acabar llegando a una conclusión: Nunca nada es lo que parece, nunca. Cuídate de mi no es un thriller, es una investigación policial al uso. Y a través de esta investigación conocemos más de cerca la maravillosa y a la vez horriblemente dura función que hace el Servicio de Atención a la mujer de Zaragoza.

La novela nos presenta tres tramas principales, la investigación policial del asesinato y las dos tramas de nuestras protagonistas, Berta y Lara. Ambas tienen muchos nudos que resolver. En el caso de Berta un caso de pederastia llevado por ella y en el que el acusado resulta declarado inocente, la ponen al límite una y otra vez por culpa del ciber-acoso discriminado al que se ve sometida y que hará que todo su mundo, tanto profesional como personal se tambalee. Gran personaje el de Berta, llena de contrastes y con una fuerza brutal. Con Lara nos encontramos con una trama sobre su pasado, algo que ocurrió hace unos años en Barcelona y que la han convertido en la mujer aparentemente fría e insensible que es ahora. Una trama, la de Lara, que desconocemos y sobre el que la intriga a lo largo del libro va creciendo. al igual que Berta es un personaje con muchísima personalidad. A través de capítulos dedicados en unos casos a Berta y en otros a Lara, la autora nos va contando en tercera persona tal y como viven cada una de ellas, desde su perspectiva, la investigación policial del asesinato de Manuel Velasco. Unos capítulos que se verán completados con otros, aunque muy pocos, que no pertenecen a ninguna de las dos, pero que nos permiten tener una visión más amplia de los hechos y de la historia de sus protagonistas.

No esperéis encontraros con un ritmo desenfrenado, de ahí el apunte que os hago al principio sobre que la novela no es un thriller, pero si que os encontraréis con una novela de la que no podréis despegaros, literal, llevados por la intriga. La autora os va a llevar con habilidad por donde quiere, ya que según va contando la historia la iréis viendo de una manera y otra, cambiando la percepción de las cosas para llegar finalmente a un desenlace totalmente sorprendente e inesperado. Un final que en mi caso ha hecho que absolutamente todos mis cimientos se tambaleasen. Y estaba todo ahí, escrito, solo había que saber leer las señales. Las dos últimas páginas me han hecho soltar el libro, levantarme, blasfemar, llorar y pensar en lo rápido que juzgamos siempre a los demás y lo poco dados que somos a mirar de vez en cuando de puertas para adentro de nuestras casas, de nuestras vidas. Brutal.