Quién mueve los hilos

Me ha costado mucho terminarla, he estado dos o tres veces a punto de abandonar, pero tenía curiosidad para ver como la autora deshacía la madeja que había ido embrollando hasta límites insospechados.
Ya me pasó hace tiempo con otro libro de la autora, pero he querido darle otra oportunidad. No creo que vuelva a hacerlo.
Al principio, ya empieza raro, con un capítulo de lo que sucede tres meses después de la trama principal (y que además, se vuelve a repetir al final) y un segundo capítulo con la visita a una vidente por parte de una de las protagonistas, con unas reacciones sumamente extrañas e incoherentes.
Pero sigue con la muerte de Elisa, donde se baraja que puede ser suicidio o asesinato; y durante algunos capítulos, parece que mejora; pero después va empeorando hasta un final de lo más surrealista e increíble.
La forma de narración, casi siempre en primera persona y por las dos protagonistas: Sara, una joven y millonaria, viuda de Marco, del que heredó un imperio inmobiliario y es propietaria de la finca en la que se ha producido la muerte; e Isabel, una policía, de baja desde hace seis meses por haber estado en el tiroteo donde murió Leo, su compañero de trabajo y novio, y a la que Joel, el encargado de la investigación, le pide ayuda pese a no estar en servicio.
De la narración de Isabel, también conocemos a Joel, ascendido tras la muerte de Leo y que era el mejor amigo de Leo.
Los capítulos de Isabel, son lineales en el tiempo, desde el hallazgo de la fallecida hasta el desenlace, pese a que también rememora hechos de su vida. En cambio, los de Isabel, van adelante y atrás en el tiempo, desde su infancia, como conoció a Marco, sus años de matrimonio....
A medida que avanza la novela, todo se va embrollando con sinsentidos, con personajes que ahora aparecen y ahora desaparecen; situaciones bastantes difíciles de creer y, sobre todo, con unos protagonistas sumamente incoherentes.
En mi opinión, para olvidar.