Secretos Embrujados

En un momento clave de la vida de nuestra protagonista comienza esta novela de fantasía adolescente, con muchos tintes de romántica. Gwen tiene que afrontar su último año en el instituto, pero las cosas se complican cuando aparece Belial, un universitario muy interesante, y su mejor amigo, Erick, decide declararse. Así, nos adentraremos en el desarrollo de este triángulo amoroso que irán descubriendo a Gwen diferentes partes de su personalidad.
En este sentido es en el que encontramos la fantasía en la novela, ya que junto a las andanzas de estos tres personajes, investigaremos también qué sucede con la familia de Gwen, por qué parece que los sueños donde se ve con sus padres esconden verdades y por qué la muchacha siempre ha estado obsesionada con las brujas.
Escenario y tinta
Lo primero que podemos destacar de la novela es que es una historia adolescente, tanto por sus protagonistas como por las relaciones que se establecen entre ellos. En este sentido, creo que el tema adolescente está muy bien contado por parte de la autora, ya que encontramos todos los comportamientos y preocupaciones característicos de esa edad.
Desde los exámenes y la prueba de acceso a la universidad, pasando por la preocupación por las relaciones sociales y sentimentales; los personajes de la obra se mostrarán impulsivos, pasionales, melancólicos, dudarán, acertarán y fallarán.
Todo ello se desarrollará en ambiente y escenario muy bien configurado por su morfología como por los personajes secundarios que favorecerán la trama entre los tres. Así, no se nos hará extraño que dos personajes se queden a pasar un fin de semana solos o que, por ejemplo, se muevan con total libertad.
Esto promoverá también que tengamos la ilusión de la típica historia de chico bueno y chico malo, aunque pronto la autora nos dejará claro que no todo es lo que parece. Además, tendrá esa cosa que siempre nos hace torcer la nariz, pero que en el fondo nos gusta sobre la magia y los personajes, de hecho, sin hacer spoiler, diré que sobre este mundo el final de la novela es muy completo y a mí me ha gustado en este sentido.
Tono y fin
Sin embargo, reconozco que ha habido una cosa de la obra que no me ha convencido mucho. Esta es el tono que se ha utilizado en las relaciones románticas. Ya sabemos que los adolescentes son precoces, pero el tratamiento del sexo en la novela me parece un poco idealizado y un pelín saturante (hay un momento que a la protagonista se le olvidan cosas por acostarse con x).
Más allá de cómos e pueda tratar el triángulo, es verdad que la perspectiva que Gwen emplea para las relaciones afectivas es un poco laxa. Además, las escenas están descritas con un detalle y frecuencia que quizá yo no veo para esta edad. Aquí ya, cosa mía.
La otra cosa que no me ha terminado de cuajar ha sido el final del libro. No digo el final de la historia porque ese, como he dicho más arriba, me ha gustado bastante, sino el cierre de la novela. En mi opinión, se alarga demasiado para nada (bueno sí, meter una nueva escena de sexo bajo una cascada…) y en mi caso crear una expectativa de que va a pasar algo y que no suceda. Creo que la autora podía haberlo acabado tras el acontecimiento final con algún remate y hubiera quedado mucho mejor. Vuelvo a lo mismo, opinión personal, pero en mi caso me ha convencido.
¿Entonces?
Pues es una novela que recomiendo porque todo lo relacionado con la magia en ella está muy bien y las ideas son muy buenas. Además, las relaciones adolescentes son divertidas, podrán tener su lógica o no para nosotros, pero creo que la autora ha cogido bien el carácter y la volubilidad de la edad. Queda por tanto el aviso del tono, no os encontraréis una novela escasa en detalles eróticos. Espero que le deis una oportunidad y que la disfrutéis más que yo.

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