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Finales de la dictadura franquista. Marta Urriaga recibe la noticia de que su hermano, encerrado en el manicomio de Miraflores, se ha suicidado. Ella no se cree lo del suicidio y decide ir a investigar para aclarar qué ha pasado realmente. En el momento que pone un pie en el manicomio empezará una verdadera pesadilla de la que no tiene escapatoria. Una historia que engancha desde el principio y aunque deseaba llegar al final para saber como se resolvía todo, me ha dejado con ganas de más. El personaje de Marta está muy bien elaborado y consigue que empaticemos con ella debido a la difícil situación en la que se encuentra. Por otro lado, tenemos a los personajes secundarios, entre los cuales hay algunos que despiertan en nosotros el peor sentimiento de odio. El trabajo de documentación es de admirar. Es cierto que hay mucha información sobre esa época y poco nuevo nos va a desvelar, pero el autor ha sabido situarnos a la perfección y eso es lo más complicado. Lo más importante de esta historia es la lucha por conseguir justicia ante las atrocidades para cada una de las personas que las padecieron. Sé que suena muy duro, pero es un libro que merece mucho la pena leer. "En ocasiones, es mejor sepultar la verdad en lo más profundo de nuestro ser, porque la mentira es lo único capaz de ofrecernos una nueva vida". |
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