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Clara, la protagonista de esta historia, vive con su amiga Cristina a la que conoció en Barcelona cuando comenzó a estudiar en la universidad Filología Hispánica. Cristina es huérfana, sus padres murieron cuando ella era una niña y su abuela fue la que la crió de modo que tuvo que buscar trabajo para compaginar sus estudios de Arte Dramático y poder pagar todos los gastos. Un día ven un anuncio en el que ofrecen trabajo en un bar así que deciden ir a la entrevista y las contratan para trabajar de estrípers en el club nocturno Silver. Si bien no lo consideran el trabajo perfecto, les permite vivir con más margen económico para sufragar sus gastos y caprichos y obtener la independencia que tanto ansían las dos. Primero trabajaban sólo algunos días, pero poco a poco fueron dejando de lado los estudios para trabajar 5 noches a la semana en el club. Una noche, después de bailar como cualquier otra noche, Pedro, el jefe de Clara le dice que no se vaya todavía porque el novio de la despedida de soltero que celebraban en el club esa noche ha pedido un baile privado con ella. Durante el baile Clara siente una fuerte atracción por el novio que no para de intentar seducirla y por sus ojos verdes que logran desarmarla de manera que, al salir del trabajo, tiene un encuentro furtivo con el susodicho en el asiento trasero del coche de él Cinco meses más tarde sigue sin poder quitarse esa noche de la cabeza. El supuesto novio se llama Javier y tampoco es capaz de olvidar a Celeste nombre por el que conoce a Clara. Unos meses más tarde, Jorge, el mejor amigo de Javier le pide ayuda para la mudanza de su nueva novia y cual es su sorpresa cuando descubre que la novia de su amigo es Cristina y que su compañera de piso es la misma Celeste (Clara) que le ha quitado el sueño durante tantos meses. Javier es un chico que está estudiando Medicina, atractivo, inteligente, y con la firme idea de que el amor verdadero es una utopía y que no está hecho para él, de manera que decide andar de flor en flor hasta que conoce a Clara, esa chica tan especial que le hará plantearse las relaciones sentimentales de una forma totalmente opuesta hasta ahora. Los personajes secundarios, Cristina, Jorge, Alberto, Pedro e incluso el hermano y la cuñada de Javier son realmente entrañables y divertidos, me he reído a carcajadas con algunos de ellos y su peculiar manera de vivir la vida. Me ha faltado un poco más de Pedro a lo largo de la historia y me he quedado con ganas de saber más sobre Cristina y Jorge, creo que se merecen su propia historia aunque la autora ha dejado que conozcamos bastante de esta maravillosa pareja. Clara es una chica con los pies en la tierra aunque a lo largo de la historia parece en algunos momentos un poco inmadura. Es muy sensible, decidida y orgullosa aunque le falta un poco de coraje. Por otra parte, Javier posee el coraje que a Clara le falta, resulta ser un hombre de lo más maduro para lo que en un principio prometía ser y con las ideas muy claras que está dispuesto a poner el mundo de Clara patas para arriba. La historia de Clara y Javier me ha llegado al corazón, he conectado enseguida con los personajes que desprenden química por todos sus poros y me ha parecido asombrosa su evolución. Ambos tienen sus prejuicios respecto al otro, no terminan de tener todas las cartas a su favor y no saben cómo va a terminar su historia, pero deciden apostar por el otro a pesar de sus miedos y altibajos. Entablan una relación normal en la que van poco a poco en todo, intensa, pasional, pero que puede llegar a confundir en algún momento. La pluma de Marta Francés hace que la lectura de Baila sólo para mí sea dinámica, ágil, amena y refrescante. Logra crear una dulce y preciosa historia de amor en un peculiar escenario donde las historias de amor son frágiles y lo tienen difícil para sobrevivir. |
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