Me ha fascinado el estilo irónico mordaz de Foster Wallace para criticar al americano estereotipado de finales de siglo. Además, el libro está escrito con tal maestría que no parece un ensayo. A destacar las notas a pie de página, que como el resto del artículo son divertidísimas y muy pertinentes, y casi que podrían constituir una novela por ellas mismas.
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