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Sin dudas, es uno de mis libros favoritos de Florencia Bonelli. De más está decir que su pluma es maravillosa, que logra introducirte a la historia con rapidez, que forma personajes entrañables y que la parte histórica es excepcional; y más aún para mí, que soy Argentina y, por parte de mi padre, por mis venas corre sangre de nuestros Pueblos Originarios. Por lo que leer de ellos alimenta mi alma. Amé a Jasy. Es una niña maravillosa, con un corazón de oro y, aunque en la vida real parece muy difícil encontrar personas así, puedo asegurar que las hay. Y a medida que va creciendo se convierte en una mujer preciosa, en todo sentido. Aitor me gusta, claro, pero no he llegado a conectar lo suficiente con él como para decir: —Bueno, lo amo. Pues no. Hay muchos aspectos de él con los que no simpatizo y, en mi caso, eso influye mucho en cómo lo veo —esto no quita que es un libro maravilloso, por su puesto—. Sí se me ha hecho un poco difícil asimilar ciertas situaciones, las edades, y demás —quien lo leyó, sabe de que lo hablo—. Pero también es cierto que debemos posicionarnos siglos atrás y a una mentalidad muy distinta a la del siglo XXI. Una vez hecho esto, el libro es, simplemente, maravilloso. Luego, como dije, la parte histórica es perfecta. Florencia Bonelli se documenta muy, muy bien y se disfruta cada dato que da. Todos los personajes están más que bien formados y logrados, y se disfruta muchísimo. Cada uno de ellos nos enseña algo, nos deja un poco de su esencia. Por lo tanto, sin dudas, recomiendo este libro por su riqueza en información, por su trama atrapante e interesante, y porque siempre es bueno leer de nuestros Pueblos Originarios. |
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