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Me alegro de que Lynn Flewelling retomara la serie Nightrunner después de una década de parón, ya que poder seguir disfrutando del mundo y de los personajes que creó en los años noventa es un placer y un regalo a los lectores. Nightrunner es una serie de fantasía de corte clásico, pero al mismo tiempo fue una adelantada a su tiempo debido a algunos temas que trata sin miedo, con transparencia y honestidad. Shadows Return (el 4° volumen de la serie) inicia después de los sucesos de la luna del traidor. La guerra no cesa, pero la vida sigue y algunas cosas han cambiado en Rhíminee. La reina encomienda a Seregil y Alec la misión de volver a Aurënen, pero una emboscada en el camino hará que la vida de ambos se complique y dé un giro inesperado. La acción se traslada a otro punto del mapa, se introducen nuevos personajes y otros ya conocidos cobran mayor protagonismo; además se desvela que algunos forman parte del pasado de Seregil. Mención especial a los capítulos dedicados a Thero y Micum, y a las interacciones de Seregil con cierto personaje que me dejaron absolutamente boquiabierto. Por si fuera poco, el epílogo me ha dejado con ganas de más. Tantas que necesito empezar el quinto libro (The White Road) esta misma noche. |
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