Si os soy sincera, este libro breve ha provocado en mí tal cantidad de emociones, que por momentos me sorprendía angustiada al situarme en el personaje de la hija y por momentos me provocaba la risa la inventiva atroz de la protagonista. Esta es la historia de Charlène, una mujer a la cual iremos conociendo a través de las llamadas que realiza a su hija, de la cual, podemos sólo intuir sus respuestas dado el contenido de la conversación. Los discursos cáusticos de Charlène están cargados de frustración por una vida que juzga injusta, de exabruptos y de manipulaciones con el objeto de lograr una atención permanente por parte de sus hijos, ya que, entiende que es un derecho ganado por el siempre hecho de ser madre. A lo largo de la historia llega a atisbarse un distanciamiento de su propio círculo afectivo, dado que no cesará en responsabilizar y culpabilizar a los demás de la infelicidad y soledad acuciante en la que se halla sumergida. Magistral la labor de la escritora, que en una novela breve consigue aunar sentimientos de rechazo y angustia, pero en la que también hay cabida para la compasión y la empatía. Muy recomendada!!! |