Brujas, caza de brujas y mujeres

Pensábamos que la caza de brujas era cosa del pasado, solo un episodio de nuestra historia, temáticas de películas, cuentos y libros, solo un disfraz de Halloween o carnaval.

Llega Federicci y te dice ¿qué? ¿Cómo va a ser cosa del pasado algo tan grande? ¿Cómo no se va a analizar con perspectiva de género una de las mayores persecuciones contra miles de mujeres durante 3 siglos de nuestra historia?

Aquí no se habla de sí de verdad eran brujas o no, o de si sus remedios eran eficaces o solo falacias. Aquí se desentierran las raíces y entrañas de los motivos por los que se llevaban a cabo las persecuciones de mujeres al grito de ¡BRUJAS! que acababan en juicios, torturas, matanzas y hogueras. Eran mujeres libres, que defendían sus tierras, muchas mayores y/o viudas, creían en la tierra y vivían de lo que ella les brindada. Pero llegó el principal propulsor de todo esto: CAPITALISMO, que siempre va de la mano de la misoginia. Y es aquí cuándo entran en juego muchísimos engranajes de esta gran maquinaría. Engranajes con nombres como: cercamientos de tierras, el fin de los lazos comunitarios, cambios en la manera de relacionarnos, el cambio del papel de la mujer en la historia, el tabú de la sexualidad, cambios en la visión de la producción y el trabajo, la riqueza por encima de todo, e incluso el cambio en nuestra relación con los animales…
Puede parecer muchísima información, muy mezclada y sin orden, pero nada más lejos de la realidad: este ensayo es tan clarificador, te entrega toda la información que necesitas en cápsulas que te presentan y resuelven todos estos conflictos. Y de repente lo ves todo claro. Esa unión de conceptos que propulsaron la caza de brujas durante tres siglos (XV a XVIII) y que incluso a día de hoy en algunos países del continente Africano siguen sufriendo muchísimas mujeres

También dedica un capítulo en torno al término “Gossip”. Te explica como este término se ha ido ensuciando y ha servido para denigrar a la mujer. Se usaba en términos de “comadre”, mujeres qué entablaban relaciones de afecto charlando entre ellas pero el cambio del papel de la mujer en nuestra historia hizo que se viese con malos ojos, ¿una mujer ociosa? Nunca. Mejor callada y en casa. Así se silencia a las mujeres. Se reapropiaron del término para silenciarnos. Mujeres, madres, abuelas, hijas, hermanas, tías… las relatoras, la palabra como unión y pegamento entre generaciones a través de relatos, leyendas y recuerdos.

Siempre que leo sobre este tema me planteo la misma pregunta:
¿Y qué si son o eran brujas?.