Los invictos

Faulkner es sin lugar a duda uno de mis escritores favoritos: este es el séptimo libro de él que leo, y cada vez me enamoro más de su prosa. Esta novela es una de sus obras más accesibles, contada en siete episodios en orden cronológico (algo raro en Faulkner) con un mismo narrador, así que la recomiendo a quienes se estén iniciando con este escritor.

La historia se desarrolla durante la Guerra de Secesión y los años inmediatamente posteriores, y su narrador, Bayard Sartoris, hace el paso de la pre-adolescencia a la adultez en un contexto atravesado por la violencia y la pérdida. Los nombres que aparecen son recurrentes en el universo faulkneriano (Sartoris, Compson, Sutpen, Ab Snopes) y los acontecimientos principales de otras obras están referidos a la pasada, como guiño para el lector que ya conoce el territorio de Yoknapatawpha y a sus habitantes. El título hace referencia a la actitud del sur frente a la derrota en la guerra civil, en sus aspectos positivos y negativos: por un lado, la resilencia de los sureños (sobre todo de las mujeres) y su afán de sobrevivir sin entregar su dignidad; por otro, la negativa a aceptar los cambios sociales y políticos, sobre todo la abolición de la esclavitud y el reconocimiento de los derechos civiles de la población negra (la tendencia sureña a defender su modo de vida y su patrimonio mediante las armas prefigura la violencia racial del KKK).

Me resultaron particularmente interesantes dos personajes femeninos: el de Miss Rosa, la abuela de Bayard, cuya astucia y fortaleza mantienen a la familia a flote en ausencia del padre y aún cuando lo han perdido todo; y el de Drusilla, la prima de Bayard, que decide vestirse de hombre para poder luchar en el frente, y que se resiste a abandonar la independencia conquistada una vez concluida la guerra. También me gustó mucho la evolución de Bayard, y su decisión adulta de sacudirse el yugo de los mandatos paternos e intentar resolver los problemas sin recurrir a la violencia.