InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de Yani


Yani
04 November 2018
Faulkner escribe sin respirar. Pasar del lacónico Cormac McCarthy a William Faulkner obliga al cerebro a hacer un ejercicio brutal: aquí las oraciones son extensas, kilométricas, exhaustivas. A lo James Joyce. Llegué a leer un párrafo tres veces para poder comprenderlo del todo, en un intento de no perder los referentes y el hilo de la historia. Y aun así creo que es poco. A pesar de esas dificultades de estilo que Faulkner pone en el camino, Intruso en el polvo no pierde interés, ya que podría ser tranquilamente una novela policíaca ambientada en los años 40 del Sur de los Estados Unidos. Contexto complicado e interesante si los hay.

El conflicto se centra en Lucas Beauchamp, un negro (no estoy usando la palabra despectivamente, por supuesto) descendiente de esclavos de Mississippi que se adjudica con su silencio el asesinato de un blanco. Cuando lo detienen, consciente de que el crimen lo condenará indefectiblemente al linchamiento público, decide comentarle a Charles, el otro protagonista de la historia, algo que puede cambiar el curso de los acontecimientos.

Y si Faulkner parece escribir sin respirar, él también se encarga de que el lector no lo haga. Si bien el argumento puede sonar sencillo y predecible, la forma en que se dan los hechos sostiene la atención del lector que debe estar pendiente y absolutamente inmerso en esas oraciones interminables. La sensación de no poder detener la lectura la provee la falta de puntuación, por supuesto, pero también la acumulación de sucesos y pensamientos. En muchas ocasiones Faulkner borra los límites entre el narrador y la consciencia de los personajes que, aunque tienen roles muy específicos en la trama, se muestran profundos y reflexivos.

Charles, el adolescente positivamente ingenuo, hace que la novela sea casi de aprendizaje (la famosa bildungsroman, aunque quede un tanto trunca): sus años de preadolescente, el primer encuentro con Lucas, los riesgos que corre, las lecciones que recibe, todo es parte de su crecimiento. Por otro lado están los adultos, que pueden ser simpáticos o tener todo el aspecto de bandido posible, que lo regulan y se preocupan por su impresión de las cosas. No es para menos que él sea responsable de la vida o la muerte de una persona a la que nadie quiere defender categóricamente. Ni siquiera el tío de Charles, el abogado Gavin Stevens, parece muy convencido. Pero, como se dice en la novela, algunas cuestiones deben resolverlas las personas crédulas y con tiempo para ahondar en ellas. En este punto entran las mujeres, cuyas representantes principales son la señorita Habersham y la madre de Charles. Son polos opuestos, ya que una es solterona (se la describe así todo el tiempo) y la otra es (valga la redundancia) madre y esposa. Si bien ambas salen del maniqueísmo con algo de pena y de gloria, la novela no es innovadora en este tema. Podría haber sido un buen foco de análisis para Faulkner, pero está demasiado encorsetado en la separación de los géneros: la novela molesta cuando divide hombres, mujeres y niños (estos últimos dos van juntos, lo cual hace persistente la infantilización de las mujeres) y da cuenta de un complejo panorama de la situación social de la zona.

No quiero obviar (no se debe obviar) a Lucas Beauchamp. Es un personaje estoico, que no quiere deberle nada a nadie y parece que siempre está mirando a la gente con el mentón levantado. Su descripción no es propia de un sumiso, no es inocente. Lo presentan como un negro que se comporta como un blanco. Lucas es complejo y cuando intenta explicarse, a pesar de ser conciso (nada más lejano a la verborragia del abogado), sorprende porque sale de las excusas que uno esperaba escuchar. Parece que no está físicamente en toda la mitad de la novela, pero su presencia es fuerte en las conversaciones y en las decisiones que toman los demás personajes. Me gustó muchísimo su caracterización y su actitud paciente, que no significa lo mismo que pasivo o despreocupado.

¿Qué le encontré a la novela que no me haya convencido? Difícil de contestar, porque Intruso en el polvo casi no tiene fallas y, si las tiene, las disimula con la narración confusa. Sinceramente, creo que hay que leerlo más de una vez para sacarle provecho. El problema está justamente en ese estilo que, aunque sea muy novedoso y estético, puede producir cansancio (yo llegué a sentirlo… supongo que la costumbre ayudaría). No es un buen libro para empezar en épocas de agitación académica, laboral o lo que sea. Por otra parte, tuve la impresión de que la historia queda atrapada en esos encadenamientos largos e intensos de narración, sobre todo cuando se está exponiendo una idea (hay detenciones de la acción para profundizar el tema de la unidad nacional y las consecuencias de la esclavitud). Para colmo, el regreso al tiempo presente no siempre supone un alivio. La resolución final podría haber sido clara pero está plagada de distracciones y de "él dijo", "dije yo". Lo culpo al abogado, quien, dicho sea de paso, me quedó en medio del entrecejo con su teoría de las mujeres y los automóviles.

Así que Intruso en el polvo es un libro muy bueno y con muchas cosas para repasar en una segunda lectura. No puedo compararlo con otro libro de Faulkner porque es el primero que leo (a pesar de haber experimentado ya con algunos cuentos sueltos), por lo cual me reservo las cinco estrellas para lo que vendrá. Por lo pronto, sé que quiero entrenarme en la prosa de Faulkner para no desperdiciar ni una palabra.

Nota 1: olvidé mencionar que los personajes de Faulkner suelen aparecer en otras historias (ya sean de libros anteriores o posteriores al que se está leyendo), como Gavin Stevens (esto no es spoiler, por supuesto). Supongo que eso le permite desarrollar sus personalidades y no descarto que debe ser muy interesante rastrear esas apariciones.

Nota 2: no vi la película, pero me encantaría.
Comentar  Me gusta         20



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Apreciaron esta crítica ()(1)ver más