Bandini es un adolescente y un gilipollas, algo más gilipollas de lo que suele ser normal en un adolescente. También es digno de lástima y también puede que lo sea un poco más de lo normal. Su prepotencia, su soberbia, su pedantería, su machismo, su racismo, toda su misantropía, se quedan pequeñas ante la rabia que siente contra sí mismo, su fragilidad, su inseguridad, su patetismo. Si su desbordante entusiasmo tuviera que buscar pelea con alguien de su tamaño solo podría medirse con su carácter depresivo o con su verborrea incontenible. Y llegas a cogerle cariño. Se lee con una facilidad pasmosa, con una sonrisa permanente. |