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Segunda y última parte de la bilogía En las pistas. Esta reseña tiene spoilers del primer libro. Sebastián es un tenista de élite, a punto de ser el número uno, todo el mundo está pendiente de él, pero él es el que más se exige. Pero hay algo que muy pocos saben y va a tener que disimular en los campeonatos porque nadie puede saber que le han partido el corazón. Vamos a ver el momento más duro de Sebas, cómo lidiar con un corazón roto mientras en las pistas tienes que darlo todo de sí. Pero lo peor es que sabe que va a tener que reencontrarse con él en algún momento. Sus padres y mejor amigo, Manu, lo están apoyando cien por cien y sabe que los tiene para todo lo que necesite. Vamos a seguir viendo lo exigente que es el mundo del tenis. Para Sebas lo peor de todo es que no se puede mostrar cómo es porque en el circuito masculino de tenis aún hay homofobia, los patrocinadores se retiran, esos seguidores de adorarte pasan a odiarte, no todos, pero Sebas sabe que un sector pensará mal de él. El reencuentro se va a dar y se van a tener que encontrar en más de una ocasión, hasta van a tener que volver a trabajar juntos y para Sebas eso le mata, pero tiene que hacer como que nada delante de todo el mundo. Una cosa que me ha gustado es ver como Sebas se va sintiendo, como se da tiempo para que las heridas se intenten curar y sobre todo cuando Nico vuelve pensar en él primero y en si quiere una segunda oportunidad porque volver a confiar en alguien no es fácil cuando te hizo lo que te hizo. Es una novela que pasa bastante tiempo, vamos viendo cómo se enfrenta Sebas a muchas cosas a lo largo de más de un año, hay amores que no se pueden olvidar, que escuecen y sobre todo que hay amores que son para toda la vida. Nico va a dar sus explicaciones, puedo llegar a entender por qué lo hizo, pero no en las formas. |
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