Ya no sufro por amor

El soporífero libro habla de las relaciones sentimentales establecidas según la forma de ser y las experiencias de cada persona, aplicado a todo tipo de parejas, donde se comenta que las relaciones amorosas que todos tenemos como normales, en realidad no lo son.
Comienza con un test que indica al futuro lector si el libro le gustará o no. Esto es falso, ya que en mi caso, se supone que iba a agradarme.
Continúa explicando que ha sido escrito para aliviar los problemas sentimentales del lector y hacer saber al mismo si necesita ayuda profesional, además de detallar diferentes emparejamientos aconsejables según la personalidad o el signo zodiacal del individuo. Entretanto, nos dicta ejemplos analizando historietas de la pequeña pantalla como “Aquí no hay quien viva”, “Pasión de Gavilanes”, “Cristal” o “Yo soy Betty, la fea”.

La autora nos cuenta a intervalos las pautas que ha llevado a cabo a la hora de escribir esta perla literaria, dejándonos anécdotas personales que no vienen a cuento –por ejemplo, que no se depila, cosa que personalmente no me interesa lo más mínimo-. Así que al final no sabes qué narices estás leyendo, si una novela o una autobriografía

En general, creo que está estructurado de manera muy poco atractiva, entre tanto altibajo y paréntesis, la información que nos viene a contar se hace confusa y va perdiendo interés a medida que avanzamos la lectura.

En conclusión: peñazo de tomo y lomo. No lo recomiendo ni loca.