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Esta novela resulta monótona al principio, aunque es solo el calentamiento para una rápida sucesión de situaciones que van cerrando un cerco alrededor de los vecinos de un edificio de la capital española. Aún así, la primera parte me ha parecido muy lenta, me ha faltado algo de fuerza en ella. No obstante, como digo, esa segunda parte ha hecho que me enganchara por fin a este libro. Según vas avanzando, en mi opinión, la novela mejora. Por fin parece que las piezas de un ajedrez van haciendo movimientos cada vez más cruciales para ese final tan esperado. La personalidad de los vecinos del edificio parece ir dibujándose cada vez mejor, y nos muestra sus luces y sobre todo sombras. Son personajes que en un primer momento pueden parecer algo insulsos, pero a medida que la lectura sigue, te vas dando cuenta de la naturaleza de cada uno. Clasismo, racismo y machismo se mezclan en una vorágine que comienza una década atrás en una Colombia gris para acabar por fin en un Madrid rojo como el fuego. He de hacer una mención especial a ese final, que quizá haya que leer un par de veces para aceptarlo con asombro y una media sonrisa. Un libro que para mí empieza flojo pero que va cogiendo fuerza a medida que lo saboreas. |
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