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Crítica de ContraLaInercia


ContraLaInercia
06 October 2023
¿Cómo podría describir The Boys para aquellos que no hayáis visto la serie ni sepáis nada de sus historietas? Digamos que es una versión realista de cómo serían los superhéroes si estos vivieran en el mundo real. Los diferentes grupos de héroes trabajan para una multinacional enfocada a la industria de la defensa llamada Vought American, que utiliza a estos héroes como armas disuasorias, los cuales han perdido la vocación de salvar al mundo y a los ciudadanos. Ahora se entregan a los vicios, a sus propios demonios, a una sociedad que los venera, pero los teme y, por supuesto, a nuestros protagonistas, un grupo de personas que, en colaboración con la CIA, intenta mantener a raya a estos héroes para que no cometan atrocidades.

Dejadme desarrollar un concepto que me fue revelado en la lectura de la doctrina del shock y que Ennis trae de forma velada a colación. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, la administración de George W. Bush tenía la excusa perfecta para enmendar el desastre que fue la primera Guerra de Afganistán. Así pues, organizó una invasión de dicho país con el pretexto de encontrar a Osama Bin Laden y bajo el manto de un término tan abstracto como indefinido: la Guerra contra el terror. Este conflicto, sin un rival claro permitió, por un lado, acabar con el gobierno talibán y por otro, meter el miedo a la población con el argumento de que el mundo ya no era un lugar seguro.

¿Qué siguió? Que Irak y Sadam Hussein tenían armas de destrucción masiva, argumento totalmente inventado que escondía un motivo mucho más oscuro: la necesidad de controlar el petróleo y otros recursos del país. Por tanto, se dio paso a otra invasión, en este caso la de Irak, desmantelando el gobierno y cualquier estructura de poder y creando un gobierno provisional que permitió a las grandes corporaciones de EEUU repartirse los trozos del pastel como hicieron previamente en Afganistán. Y mientras tanto, en silencio, la industria de seguridad iba haciéndose cada vez más fuerte y aumentando su poder, con el auge y crecimiento de los ejércitos creados por contratistas (los famosos ejércitos mercenarios como el Wagner, del que se habla tanto ahora, aunque este sea ruso) como los creados por empresas como Halliburton. A ello se suma la creación de cárceles como Abu Ghraib o el mantenimiento de Guantánamo, centros donde se torturó mediante técnicas del MK Ultra a miles de ciudadanos iraquíes que poco o nada tenían que ver con Sadam Hussein o con al Qaeda. El resultado fue que Irak pasó de ser uno de los países más prósperos, donde el empleo estaba casi garantizado, donde la educación era puntera y donde el aparato público era de los mejores de Asia central, a la destrucción masiva de empleo, al despido del funcionariado y al descontento social que dejó a los ciudadanos a merced de los fundamentalistas religiosos, que aprovecharon el descontento para hacer mella en la mentalidad de la población, convirtiendo a Irak en un nido de futuros terroristas del ISIS.

Garth Ennis creó The Boys para denunciar esto mismo. Es un profundo antimilitarista que, además, odia la concepción clásica de los superhéroes. Especialmente, la idea del Boy Scout representada en Superman no se sostiene en la mentalidad actual. Ennis lo tiene claro: si Superman existiese en el mundo real, trabajaría para Halliburton o para Wagner, y cometería atrocidades con total impunidad con Washington o Moscú mirando hacia otro lado. Y es ahí, de esa idea, de donde nace Patriota. En los cómics, hay un arco argumental en el que su versión de Stan Lee le explica a Hughie, nuestro protagonista, cómo nace Vought: intentando meterse en la II Guerra Mundial con prototipos de barcos y aviones totalmente defectuosos, con armas inútiles que provocaban bajas en la Guerra de Vietnam y con una empresa al borde de la quiebra que, en la sombra, estaba creando el arma definitiva: el compuesto V, que dotaba a quien lo poseía de poderes que variaban en función de la tolerancia que su organismo mostraba a esta sustancia. La idea de un cohete que venía de otro planeta albergando a un niño, la teoría oficial, esconde una trama de experimentación con niños y con bebés para la creación de Los siete (la versión de la liga de la justicia), los G Men (los X Men), Revancha (los Vengadores) y demás grupos superheroicos.

Este es el claro trasfondo, pero las casi ochocientas páginas de viñetas tienen mucho más jugo: por ejemplo, que el 11S (en los cómics) fue algo organizado por el gobierno para que los Siete se lucieran salvando a personas, pero algo salió mal y… dejo que seáis vosotros los que descubráis qué pasó. Ennis aquí está insinuando algo que, de ser cierto, es bastante grave. Por otro lado, hace claras denuncias contra el racismo, el hermetismo de las comunidades religiosas, la homofobia y el machismo que había en el momento en el que escribió estas historias (el primer tomo abarca desde 2006 a 2008).

Y, mientras tanto, este grupo de descerebrados cumple las misiones que se les asignan, como hacer seguimiento a una versión de los Teen Titans o investigar qué problema de índole sexual tiene Batman. Recomiendo especialmente el último arco argumental del cómic, que cuenta la infiltración de Hughie en una de las filiales de los G Men. Es, posiblemente, de las mejores viñetas que he leído en mi vida.

La construcción de los personajes es sublime. Todos tienen sus motivaciones para estar dentro de The Boys: Carnicero quiere vengar a su mujer, Hughie quiere justicia para su novia asesinada por A Train, L.M. siente una profunda lealtad y agradecimiento por Carnicero… pero también entiendes las motivaciones de los supuestos villanos, ya que nos cuentan la perspectiva del Patriota, de Stargirl, de los líderes de Vought o del vicepresidente de EEUU. El tomo se compone de diversos arcos argumentales de cuatro números en los que cada uno tiene una trama distinta, pero que aportan al eje central de la serie y que hacen que la historia avance. Posiblemente, si te saltas un arco no pierdas información para el siguiente, pero sí que contiene elementos que pueden ser claves en el futuro. Todo acaba siendo conectado de una forma u otra.

Destacaría otras cosas, como la bonita relación entre Hughie y Stargirl (que en este primer tomo aún no conocen sus identidades y trabajos), la versión que tiene este mundo sobre la caída del Telón de acero, el cómo la CIA usa a The Boys sin que ellos lo sepan o cómo este Stan Lee utiliza los cómics para dar una visión inmaculada de los héroes y así encubrir sus delitos, pero prefiero que todo eso lo descubráis vosotros. Sin duda, son unas páginas que tienen mucho jugo. El dibujo y el entintado de Robertson no solo está a la altura, es que si no fuese él quien hiciese este trabajo, posiblemente estaríamos hablando de que esta serie no habría tenido el mismo éxito. La manera que tiene de dibujar las auténticas barbaridades que nos muestran aquí es tan genuina y única que condiciona completamente el guión. Gran parte de la popularidad de The Boys reside en el cariño que se tiene al trabajo de Robertson, y no es para menos.

¿Os imagináis que ahora os sorprendo y digo que no recomiendo este cómic, después de estas parrafadas? No solo lo recomiendo, sino que os insto a que vayáis corriendo a comprar este primer tomo.
Enlace: https://contralainercia.word..
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