Secuestrada por el highlander

Secuestrada por el highlander es una novela histórica romántica que presenta algunos de los rasgos más manidos de los libros protagonizados por un aguerrido escocés y una joven inglesa, pero no es de los mejores trabajos de Emma G. Fraser, lo cual también es lógico ya que, si no me equivoco, fue una de sus primeras publicaciones.
Movido por el deseo de venganza, Alexander viaja hasta Inglaterra haciéndose pasar por el prometido de Charlotte —a quien esta nunca ha visto— con intención de escoltarla hasta Escocia y, una vez allí, hacerle pagar por los horrendos crímenes cometidos en las Highlands por su despiadado padre, el capitán Wood.
La novela me ha dejado un tanto indiferente y me ha parecido muy poco creíble en demasiados aspectos, aunque admito que quizás algunos de los errores narrativos que presenta —que no son pocos— se deban a la falta de experiencia como autora de Emma G. Fraser en el momento de escribirla. No obstante, son tales y de semejante calado que hacen que mi valoración sea tan pobre. Por mencionar algunos, os diré que me resulta del todo incomprensible que el capitán no conozca al prometido de su hija —ya que su clan es el gran aliado de Wood en las Tierras Altas y han cometido infinidad de tropelías juntos—, aunque tal vez lo que me ha resultado más alucinante es que, en una escena del capítulo 8, un personaje habla durante un instante y, a renglón seguido, descubrimos que es incapaz de comunicarse porque le han mutilado. Entonces, ¿¡cómo logró amenazar e insultar a la protagonista!?
Por lo que respecta al romance, comprendo que la atracción, e incluso el flechazo, pueden producirse pero lo de Secuestrada por el highlander es demasiado, sobre todo teniendo en cuenta que la pareja se deja llevar por la pasión con una velocidad y una frecuencia pasmosas sin que, después, a Charlotte ni siquiera la embarguen los típicos remordimientos que una muchacha de aquel entonces sentiría.
En resumidas cuentas, Emma G. Fraser atribuye a sus personajes rasgos en exceso modernos y, de paso, obvia aspectos que siempre deben tenerse claros en una novela ambientada en Escocia como, por ejemplo, que el color de las ropas identifica a los distintos clanes y, al menos en una ocasión, esto se le escapa, por lo que al final el libro es decepcionante.