James Ellroy no debe ser un tipo fácil y por eso sus libros no son fáciles, empiezan suavemente y según avanza la historia todo se complica y nos salpican sangre, vísceras y demás. Aquí hay corrupción policial, robos, asesinatos, pornografía, drogas y, seguro que me dejo algo. Lo que podían ser unos atracos se acaba convirtiendo en una orgia de sangre y una huida hacia adelante del protagonista y en el otro lado está el Sargento Hopkins con sus demonios interiores. Novela negra tipo años 80 que es la época en que se desarrolla, con un buen conocimiento de Hollywood y sus bajos fondos y una violencia sin esconder la crueldad que lleva dentro. |