Una mujer de recursos

La escritora de esta novela epistolar rinde homenaje a su abuela imaginando las cartas que ella pudo haber dirigido a su entorno próximo. Ello le permite hacer un recorrido a lo largo de los acontecimientos más importantes su vida, realizando al mismo tiempo un retrato bastante completo de este personaje singular.
Como homenaje, este proceso de escritura ha sido ante todo honesto y valiente, pues el personaje que se nos presenta no es el de una mujer idealizada. Manipuladora y dominante, Bess querría regir la vida de los demás según los mismos principios desde los que conduce la suya. Una vida, por otra parte, acomodada y privilegiada, gracias a una herencia y a la intervención de terceros. Sin embargo todo ello no impide empatizar con ella en diversos momentos y respetarla y admirarla, sobre todo por desear ir más allá de los confines de mundo y de su propia vida, anhelando descubrir, cultivarse, aprender. Y hacerlo, principalmente, en un contexto en el que la vida y el pensamiento de la mujer debían constreñirse a los dictados sociales, que ella desafía (más de palabra que de obra) de forma continua. Las reflexiones acerca de la necesidad de independencia económica por parte de la mujer, de la falta de libertad en el seno de la familia y de la necesidad de construir su vida alrededor de sus propias inquietudes constituyen el legado intangible que esta mujer deja a su nieta.
La novela está muy bien escrita, es ágil, contiene múltiples momentos punzantes y agudos, y destila humor y emoción. Muy recomendable.