Promesas de que algún día

El pequeño Daniel, de cinco años, es secuestrado en un despiste de sus padres. Mientras esperan la petición de rescate un cometa pasa cerca la tierra. Ese hecho provoca una furia incontenible en algunas personas, que no dudan en matar salvajemente al que más cerca tengan, sin avisos y sin mediar provocación.


Javier Martos elige la narración tercera persona pero con continuos cambios de escenario. Esto es algo que me gusta porque ves todas las historias, descubres los sentimientos de los diferentes personajes, y hace que permanezca enganchada.


El primer cuarto de libro está dedicado casi en exclusiva al secuestro del niño, pero a la vez sabemos los que está ocurriendo con el cometa. Esta parte me ha parecido muy interesante y nada aburrida. A partir de ahí ya aparecen la sangre y las vísceras que una espera en este tipo de libros.


El autor nos presenta nuevos personajes casi hasta el final, pero todo tiene sentido y forma parte de la historia. Me ha gustado la forma de conducirnos a ese desenlace, deja que tú mismo te vayas imaginando cosas que luego se cumplen, o no.


Me gusta el género zombi aunque he leído aún muy poco. Con este libro he disfrutado mucho, tiene la parte cruenta que es de esperar, pero también disfrutamos de las diferentes historias personales, todo bien dosificado. le echaré un ojo a otras obras del autor.


A pesar de que tengo poco tiempo para dedicarle a la lectura, la novela me ha durado muy poco de lo enganchada que estaba. Me lo he pasado muy bien con las desgracias de Eduardo Cornos.


Para mi gusto el autor mezcla bien los ataques de los rabiosos con las vivencias de los supervivientes. No se pierde en datos complicados ni en tediosas teorías sobre el origen del problema, algo que personalmente agradezco.


El libro comienza con un estupendo prólogo de Víctor Blázquez, autor al que leeré pronto ya que tengo en el Kindle la primera entrega de su cuarto jinete.


Compré el ebook en una oferta porque me llamaba la atención, y tuve suerte de que saliese elegido como lectura del mes de noviembre en el club de lectura, así no me quedó pendiente para más adelante. Y me alegro de ello.