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Andrew encuentra una cabaña en mitad del bosque. Está herido y necesita un lugar en el que recuperarse. Pero la casa no está vacía, Jamie está dentro y no dudará en disparar a cualquier persona que entre por la puerta. Sin embargo, al ver el estado del otro, decide ayudarlo, aunque seguirá desconfiando de él. Este es el inicio de una convivencia que ambos no sabían que necesitaban. Andrew es sarcástico y está dispuesto a muchas cosas; Jamie es más frágil de lo que quiere aparentar. Los dos han sufrido mucho, pero no les queda de otra que avanzar. Hasta que se ven obligados a dejar la seguridad de la cabaña. Es demasiado fácil encariñarse con ellos cuando descubres sus miedos y sus motivaciones. Además, ver cómo encuentran un refugio en el otro es agradable (teniendo cuenta que, en un mundo postapocalíptico es complicado confiar en alguien que no tenga motivos ocultos). Es una lectura ágil y de la que quieres seguir sabiendo hasta llegar al final. Hay imprevistos, momentos muy guays y algún que otro ser indeseado. Se van a topar con un montón de trabas por el camino. Alguna les obligará a enfrentarse a sus peores temores. Hay mucha fe ciega y armas. Incluso grupos radicales que quieren crear un nuevo mundo desde 0 descartando ciertos aspectos físicos y mentales, así como ideologías. Dos chicos muy cuquis sobreviviendo al fin del mundo ❤ |
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