Me ha encantado el libro. Súper rápido de leer, muy divertido, ilustraciones bonitas y coloridas. La historia comienza con un padre que rescata su videoconsola de la infancia y le propone a su hija adolescente pasar el día jugando con él a su juego favorito. El Demon Quest resulta que para ambos está resultando una experiencia ya que ella no conoce juegos tan 'cutres' y él no recierda así la historia ni mucho menos. Los personajes del juego en sí son muy divertidos y las aventuras que les suceden por las pantallas la verdad es que son entretenidas y graciosas. Si que te recuerda estar jugando a un videojuego de verdad. Como negativo solo podría hacer mención al tamaño de la letra del texto que es bastante pequeño y algún que otro taco aunque para mi son totalmente pasables. |