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Oí hablar por primera vez de “Muerte nupcial” y de su autora, Inés Doménech del Río, el año pasado durante las jornadas de Cartagena Negra, donde fue una de las nominadas al Premio Icue Negro a mejor novela negra de un autor debutante en el género. Como comprenderéis, siendo la autora médico forense de profesión, no pude resistirme y me la tuve que traer a casa (la novela, no a la autora. Con un forense en casa hay más que suficiente 😂). Durante una fiesta de despedida de soltero, el novio es asesinado de un disparo. La médico forense Carlota Suárez será la encargada de realizar la autopsia, lo que la llevará a encontrarse en medio de una investigación que deberá lidiar con la cerrazón de un ambiente rural, poco dispuesto a colaborar, para evitar que sus secretos salgan a la luz. La autora muestra su conocimiento de los procedimientos y protocolos médico legales, presentando de manera más ajustada a la realidad de lo que viene siendo habitual en este tipo de historias, lo que es el trabajo del día a día de un médico forense (¡primera vez que leo en una novela que el forense también pasa consulta!), alejándose de la típica idea de CSI que la gente suele tener en mente. La historia arranca con una llamada a horas intempestivas (la muerte, por desgracia, no tiene horario de oficina) que dará comienzo a una investigación en la que cada capítulo está centrado en una de las piezas que componen el puzzle. A pesar de que se ajusta bastante a la realidad, no deja de ser una historia de ficción, por lo que la protagonista se involucrará en asuntos que en la vida real no olería ni por asomo. Y un detalle que es directamente ciencia ficción… ¿una comisión judicial que acude a todos los levantamientos? ¡Ni en sus mejores sueños! 😆 Me descolocó un poco no ser capaz de ubicar un marco temporal, ya que la forma de actuar de la protagonista me recordaba a lo que se hacía hace años, pero no hoy en día. La historia se centra en la trama, lo que dada su corta extensión, no permitió desarrollar mucho los personajes protagonistas (acaba de publicarse una segunda entrega de la serie, así que imagino que ofrecerá más información acerca de ellos). A medida que la historia avanza se introducen algunas subtramas que pintaban bien pero que no terminaron de explotar del todo. Uno de los aspectos a resaltar es ese ambiente rural opaco, donde todo el mundo se protege entre sí, lleno de mentes y personalidades cerradas que nunca hablan las cosas, como si no hablar de ello las fuese a hacer invisibles. Debut más que correcto, que cumple con creces con su misión de entretener, acercando al lector la realidad del trabajo forense en España. “Cicatrices en el hielo” es la continuación y yo no pienso perdérmela. |
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