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Crítica de LAKY


LAKY
02 February 2023
Osmany Arechabala vive ya hace un tiempo en Bilbao cuidando de su nieta. Su hijo murió y en la novela anterior él viajó a Bilbao desde su Cuba natal para intentar averiguar qué le había pasado a su hijo y para cuidar de la hija de éste, un bebé que ahora vive con su madre. Pero la madre de la pequeña tiene una nueva pareja y Osmany tiene razones para pensar que esto no sea bueno para la niña. Por eso pide ayuda a la ertzaina Nekane Gordobil a quien conoció en la novela anterior. Pero es que, además, un amigo de Cuba le llama para pedirle un favor: su hija vivía en la zona de las Encartaciones casada con un hombre de allí. Hace meses, casi un año, que no sabe nada de ella: ni le llama ni le pasa el dinero que solía hacerle llegar para ayudarle. Pide a Osmany que haga algunas averiguaciones.

Precisamente en la zona de las Encartaciones, en un caserío rehabilitado próximo a Carranza vive Agurtzane Loizaga, profesora de la UPV. Antes vivía en Bilbao pero después de divorciarse e iniciar una relación con una joven gaditana, compró un caserío en ruinas en pleno monte que han rehabilitado y ahora es una vivienda acogedora. Eso sí, aislada completamente: no tienen ningún vecino a la vista. Y su novia, Lola, se ha ido. Un día se marchó y se llevó su coche y sus cosas; Agurtzane cree que la ha abandonado y está fatal, no puede superarlo. Hasta que descubre alguna cosa que le induce a pensar que quizás Lola no se marchó por su propia voluntad, ¿es posible que haya sido raptada?

La novela negra está de moda, “euskandinava” la llaman. Hay muchísimos autores que han puesto en la picota nuestras ciudades y pueblos. Y es que hay que reconocer que las tierras del norte en general dan lugar a historias oscuras, son perfectas como escenarios de novela negra. Las grandes ciudades como Bilbao porque en ellas ocurre de todo. Y las zonas rurales como las Encartaciones porque son comunidades cerradas donde cualquier cosa puede ser posible. Si en “Justicia” Osmany investigaba en Bilbao, en esta ocasión se traslada a Balmaseda y los pueblos de alrededor, lo que se conoce como las Encartaciones. Una zona relativamente cercana a Bilbao si pudiéramos ir en línea recta pero bastante lejos en ciertas zonas pues está conformada por montes y valles, carreteras tipo culebrín, caseríos aislados por los que la circulación se hace casi imposible cuando llueve o nieva… Eso hace que la forma de vida en esa zona no tenga absolutamente nada que ver con la forma de vida en Bilbao o en las poblaciones de la costa. En lugares como este parece posible que se den crímenes que se esconden bajo la alfombra, que aún haya cierto caciquismo, que gente pueda “desaparecer” sin que nadie se entere o siquiera se pregunte por ellos. Conozco poco la zona. de hecho, lo único que conozco es el curioso parque Karpin Abentura en Carranza (curioso porque además de animales de verdad hay un parque de dinosaurios que parecen muy reales –que se lo pregunten a mi hijo la primera vez que vio el t-rex) y las preciosas cuevas de Pozalagua. Para subir a las cuevas y al parque hay que ir por carreteras de monte en las que encontramos dispersos caseríos como el que me imagino vivía la hija del cubano amigo de Osmany.

No he parado de hablar del escenario pero es que es casi lo que más destaca en la novela. La ambientación es magnífica. Situar una novela de este tipo en la zona de las Encartaciones en pleno invierno es un acierto total. Una zona muy bella pero también muy poco amigable. Y más para mujeres que viven solas. Los pueblos pequeños vascos tienen su propio ritmo y sus habitantes un carácter cerrado que casa bien con historias como estas.

De todo esto nos habla “Solas”. También del racismo imperante en ciertas zonas hacia ciertas razas o nacionalidades. En esa zona un negro cubano como Osmany pinta poco, su aspecto resalta como si fuese de otro planeta. Tampoco es que en Bilbao se le tenga en mucha más estima salvo quizás en el barrio de San Francisco, lugar donde viven los personajes de Javier Díez Carmona y también los de Jon Arretxe; una pequeña África en pleno Bilbao.

La trama parece sencilla al principio pero se va complicando cada vez más hasta llegar a límites absolutamente insospechados. Sobre todo porque no hay una sola trama sino varias que se entrecruzan; algunas secundarias pero no por ello menos importantes. Por ejemplo, está la trama de Nekane Gordobil, una ertzaina ahora mismo de baja que tiene un grave problema con su hija adolescente. O la trama de Agurtzane. Y Osmany en medio de todo. Un protagonista muy peculiar que conocimos en “Justicia”. Aunque en teoría esta novela podría leerse sin haber leído la primera yo no lo recomiendo. Ya sabéis que no soy purista con el orden de las series pero en este caso sí que empezaría por el principio porque “Justicia” es todo Osmany y sin conocerle a él y lo que pasó en la primera novela, creo que os perderéis matices de la segunda.

La novela comienza con un ritmo medio. Son varias tramas y el autor tiene que ir planteando cada una de ellas, situando a los personajes y describiendo los escenarios. Va cogiendo ritmo según avanza hasta llegar al final. Un final frenético, muy visual, muy emocionante y que te deja con ganas de leer la tercera novela. Que es evidente que la habrá y que espero se publique pronto.

Conclusión final

Me ha gustado mucho “Solas” como me gustó mucho “Justicia”, igual hasta más. Me ha encantado Osmany, cómo consigue que le ayuden a investigar, cómo se relaciona con los demás. Me ha gustado la trama que va ganando en complejidad e interés a medida que avanza. Y me han encantado los escenarios, muy logrados. Sin duda os la recomiendo.
Enlace: http://librosquehayqueleer-l..
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