Carta sobre los sordomudos

📚Carta sobre los sordomudos: para un Ilustrado, cualquier excusa es buena para alabar a Francia, a Grecia y a Roma.

Carta sobre los sordomudos es, ante todo, un ensayo ilustrado: muy científico, muy francés, muy enciclopédico y muy clásico. Claramente, solo se puede disfrutar si se aprecia ese estilo o si (como es mi caso), se sabe pasar por alto. He de reconocer, además, que no había leído mucho a Diderot y que aquello que me llevó a leer esta obra no fue tanto el autor en sí o su contexto, sino su temática, ya que la sordera y la sordomudez me fascinan y me gusta seguir conociendo más acerca de ellas. No obstante, en relación con esto es necesario destacar que la sordomudez se queda básicamente en el título y la hipótesis; la obra es, esencialmente, un loor a la lengua francesa y a la literatura clásica…y quizá también un poco una crítica hacia sus colegas ilustrados. En resumen: se trata un ensayo lingüístico de la Ilustración.

En cualquier caso, habiendo establecido bien los límites de aquello que se puede esperar de la obra y qué no, es necesario destacar la dinamicidad de la prosa de Diderot. Si bien no sería lógico aludir por completo al estilo propio de Diderot, ya que esta edición es traducida, pero es evidente que la voz de Diderot resuena en las líneas. Así que, por tanto, muy buen trabajo el de la persona encargada de traducir esta obra (no aparece citada en el libro e imagino que no es una traducción propia de la editorial).

Otro aspecto que destaca de la obra es la capacidad de exposición del razonamiento propio de Diderot. Si bien me parece que, a pesar del tono pseudocientífico que aporta el autor, poco tiene de objetivo el contenido de esta obra, se ha de reconocer que Diderot expone con un dinamismo sobresaliente el hilo conductor que sigue. Además, las citas clásicas que aparecen constantemente a lo largo del ensayo lo enriquecen y ayudan a que el lector no se canse de solo atender a la voz de Diderot, sino que puedan reconocer la suya propia al disfrutar de pequeños fragmentos de líneas clásicas seleccionadas con un muy buen gusto.

En definitiva, se trata de una lectura ligera pero cautivadora, una obra que se puede leer rápidamente, pero que también permite al lector dedicarle más horas y adentrarse en el mundo de incontables referencias y reflexiones que el autor crea.

Por último, con respecto a la edición en particular, sería interesante destacar que, si bien parece ser una editorial pequeña o mediana, sus hojas rezuman calidad. En ocasiones se espera de estas editoriales libros con alguna que otra deficiencia, pero no ha parecido ser el caso. Además el catálogo es de lo más interesante, repleto de obras y autores cuyos nombres seguro que todo el mundo ha escuchado en algún momento u otro y que cualquier persona que haya estudiado en una facultad de Humanidades o que se mueva en círculos similares tiene en su lista de «Libros para leer».