Es un relato estremecedor, pero por la carga emocional que Dickens le imprime con sus descripciones, su funesto ambiente, las circunstancias inverosímiles que preceden al final. Aunque lo es sobretodo por la resolución, que deja un tremendo sabor a anticipación de lo inexorable, a la certeza de inevitabilidad, cosa que nada tiene que ver con determinismo,por el contrario, con hechos preclaros que se dirigen a un final bien esperado . Sin embargo no deja de ser incómodo el hecho que la buena suerte, si se puede llamar así, dependa de la desgracia de otros. Dickens,pone mi alma en un hilo, ( o en una cuerda) durante toda la historia, y me golpea contundentemente con el final Una zarandeada de buena literatura. |