La antaño noble y adinerada familia Pintor, ahora compuesta únicamente por tres hermanas solteras, sobrevive como puede, gracias sobretodo a la abnegada y desinteresada dedicación de Efix, su leal sirviente. Así, la anunciada llegada de Giacinto, el hijo de una cuarta hermana que huyó joven en busca de una vida mejor, suscita a partes iguales tanto desasosiego como esperanza de que les libere de su penosa situación. Sin embargo, los planes de las hermanas y de Efix se verán truncados por la problemática personalidad del sobrino. Empiezo el año de manera inmejorable, descubriendo a una escritora italiana, reconocida con el Premio Nobel de Literatura en el año 1926, y que solo mi ignorancia literaria la ocultaba a mi conocimiento. Seguramente sea precipitado reconocer el mérito de dicho galardón habiendo leído una única obra de esta autora, sin embargo, me atrevo a confirmar la belleza estilística de una escritora capaz de fundir realidad y fantasía (o leyenda popular), con increíble naturalidad. Con la misma que nos presenta a unos personajes que sienten y desean, que reprimen pasiones hasta dónde pueden, debido a la encorsetada sociedad en la que viven. Haciendo de la naturaleza y el entorno, la ruralidad sarda natural de Deledda, un personaje más, que interviene en el devenir de los acontecimientos, viviendo y haciendo vivir a los otros. En una historia aparentemente sencilla, la escritora, con maestría, confronta las ansias de libertad de unos personajes atados a unas tradiciones y a una tierra que les impide volar, desesperanzados y abatidos pero en los que a veces se asoma una atisbo de ilusión, anhelos de un futuro mejor, cuyo precio no todos están dispuestos a pagar |