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Novela impactante en algunos momentos en al que el autor consigue impregnar de una atmósfera fétida (mucho mejor lograda que en El Pefume, novela con la que se la ha comparado), un nauseabundo olor, sabor, color, que no solo recorre las calles del París del siglo XVIII, sino las almas de los dos protagonistas. En su trama me ha recordado en cierto sentido a Las amistades peligrosas: un maestro amoral y un alumno sobresaliente que, sin embargo, mantiene una semilla de "humanidad" que acabará destrozándolo. Quizás por ello, su resultado me ha parecido menos satisfactorio de lo que pudiera ser. al final del libro, la traductora narra el encuentro que tuvo con el autor, confesando que uno de sus deseos a la hora de escribir era emparejar todas las palabras que existen. Pues no se queda lejos de su objetivo en este libro, donde, en ocasiones, hila demasiado la madeja, dando vueltas y más vueltas a cada hilo. Por el contrario, en otras partes, donde se narran algunos hechos fundamentales en la carrera de este arribista capaz de todo por alejarse de sus orígenes campesinos, se dejan demasiados flecos sueltos, e incluso alguno de esos hechos sufren de una notable ausencia de verosimilitud (el encuentro con Emmy o su boda, por ejemplo). No obstante, es una novela narrada con una gran fuerza expresiva, sugerente, inquietante, que te hace sentir y pensar... lo que no es poco. |
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