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"¡Amor, ay, por las formas vafas, por los tintes azules y rosados, por los fantasmas metafísicos! Vista de cerca, la mujer real sublevaba nuestra ingenuidad. Tenía que aparecer a nuestros ojos como una diosa o una reina, y desde luego, por nuestra parte, no pretender jamás acercarse a ella." Me quedé muy sorprendido por esta obra de Nerval que aunque es desordenada, como el mismo autor lo admite, y cuenta algunos eventos comunes (me hizo recordar la "Graziella" de Lamartine), tiene elementos tan genuinos y especiales que a la postre vendrían a ser reivindicados por el movimiento surrealista. Cuenta la historia de amor o enamoramiento no muy bien descrito ni asumido del autor en su juventud. En la vida real el autor pasó momentos de su juventud educado por su tío en la campiña de Valois, territorio donde abundaban campesinos y la vida era más tranquila que en la capital París que posteriormente él habitó. de sus recuerdos sin duda nació este relato como comento, poco ordenado, asimétrico en gran parte (siempre a veces es una lástima cuando los relatos son cortos) pero impregnado de muchos estilos y recursos a la vez. Por momentos parece una poesía (género que el autor dominó muy bien), por momentos parecía que uno mismo perdía la noción del tiempo y del espacio en el cual transcurría la historia por sus descripciones no sólo románticas sino de algún modo oníricas, que hacían parecer todo como un ensueño (también experimentado por el propio autor), al hablarnos de lo que significaba para él las mujeres que conoció, las fiestas campesinas, las canciones románticas, el paseo en los bosques y un largo etcétera. Eso es lo que más me gustó y sorprendió, tal vez leyendo más obras del autor cambie la puntuación pero por lo menos al ser éste el primer texto en prosa que leo he quedado sorprendido por la gran versatilidad y variedad de recursos y relatos. Por otros momentos Nerval toma el relato simple, con diálogos y descripciones del momento propio que pasan los protagonistas y así es un relato asimétrico pero que encanta. Tengo que resaltar, pues fue de mi gusto, las continuas referencias a Rousseau, su "Nueva Eloísa" (que he tenido el placer de leerla in extenso) como gran maestro del alma y muchas otras reflexiones eruditas que hacen la obra más productiva.El argumento en sí de la historia no me maravilló mas bien tanto.
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