La Main Enchantée

LA MANO ENCANTADA de Gérard de Nerval

"Mis hechizos no están, como algunos, concebidos por arte diabólico, sino que provienen de una ciencia profunda de la magia blanca, y no pueden, por ningún motivo, comprometer la salvación del alma"

Me gustó aunque no demasiado este relato que podríamos calificar de misterio - terror que transcurre en la época de Enrique IV y la Reina Margot.
La historia empieza presentándonos al Señor Godinot Chevassut quien tiene el cargo de preboste de París, algo así como el jefe de policías, encargado de prender a los ladrones y ejecutarlos. Nerval nos da contexto de la situación de la ciudad y de la cantidad de ladrones y fascinerosos que había por esa época. A pesar de su cargo Chevassut admira a los ladrones que son "inteligentes" para robar. Aquí se nos menciona al famoso escritor Francois Villon quien ha dejado algunas obras y es considerado un clásico, pero que también se veía mezclado en el mundo del hampa.
Uno de los honestos habitantes es el joven Eustache Bouteroue, quien espera heredar el negocio de su patrón y casarse con su hija. Javotte Goubard. Pero cuando venga un primo de ésta con intenciones por decir lo menos encubiertas habrá un altercado en el cual Bouteroue recurrirá a un mago para poder enfrentarlo (maese Gonin). Éste promete usar magia blanca que no tendrá consecuencias negativas.
Y de esto trata el cuento, es corto, y lo malo es que deja varios cabos sueltos no tanto de la resolución del conflicto sino de las reacciones de todas las personas que rodean al personaje principal. No tiene grandes frases ni una profundidad desde luego. Nerval cuenta una historia de cabo a rabo, en un estilo bastante parecido al romántico. Sin embargo, sabemos que el autor irá migrando hacia tendencias un poco surrealistas posteriormente. Hay algunos atisbos por ahí que se pueden evidenciar pero la narración es lineal y simple. El tema en sí no fue tanto de mi interés porque no me llaman tanto las historias de suspenso pero la intriga se mantiene a pesar de todo.

"Hay gentes que tienen más simpatía por esta o aquella cualidad, por tal o cual virtud singular. Unas tienen más estima de la generosidad y del temple guerrero, y solo se complacen en el relato de los hermosos hechos de armas; otra coloca por encima de todo el a genio y las invenciones de las artes, de las letras o de la ciencia; otras se sienten más enternecidas por la generosidad y por las acciones virtuosas con las que e socorre a nuestros semejantes, y se consagra a su bienestar, siguiendo cada uno su inclinación natural"