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Soy muy reacio a abandonar libros, me cuesta mucho tomar la decisión de dejarlos inacabados. de hecho, me cuesta recordar cual fue el último que dejé a medias, pero desisto de seguir intentándolo con este libro. He llegado a la página 272 de 382 y muchas son para el poco interés que me ha causado la novela mientras la leía. La historia se va a dividir en dos tramas, que acabarán uniéndose de alguna extraña manera. Por una parte nos encontramos al esclavo Mazuf, un hombre homosexual (y pederasta, algo demasiado normal en la época que trata la historia, con todo ese rollo maestro-alumno), que trabaja como copista de libros para su amo en la antigua Roma. Pronto su talento le ayudará a ascender y pasará a ser el narrador de los libros que otros copiarán. Por otra parte, tenemos a Laurence, un universitario en Harvard en los años 90, también homosexual, que nos va a narrar sus diferentes relaciones sexuales. Pese a tener una trama super interesante y llamativa, me he encontrado un libro con excesivas escenas de sexo, orgías y violaciones. Y todo mezclado con la muerte durante el sexo. El resto de la trama se queda casi inexistente y te aporta absolutamente nada. Estoy una mijita cansado de encontrar una alta sobresexualización en las historias gays dentro de la literatura. Prácticamente 9 de cada 10 novelas que leo peca de lo mismo. Y no es que haya muchas escenas de sexo, es que la trama gira en torno al sexo todo el tiempo y cuanto más bruto, basto y perverso sea, mejor. Cansinos. Leí el final por curiosidad, y ni por esas despertó en mí ningún interés. |
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