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Una historia que gira en torno a la muerte de Sam, que falleció tras caer por un acantilado. Por una parte tendremos los capítulos de su mejor amigo Jay. Sabemos que él estaba presente cuando se cayó pero más allá de eso no recuerda nada. Por otra, tenemos a Samantha, su hermana melliza. Ambos tratarán de ir superando el dolor de esta pérdida, cada uno de una manera distinta. Son personajes tan bien construidos, llenos de incongruencias y tan humanos que el lector sentirá esos altibajos que ellos tienen a lo largo de la novela. Además tocará temas como la culpa, los secretos, el contraste entre la familia desestructurada de Sam… al mismo tiempo de querer encontrar respuestas. Otra cosa que me ha sorprendido y me ha gustado es que el personaje de Sam es reflejado como alguien que no era perfecto, cosa que suele pasar mucho cuando un personaje ha fallecido. Incluso llegaremos a tenerle algo de manía a veces, aunque entenderemos perfectamente quién era. Tengo que destacar la pluma de las autoras porque si algo hace especial a esta historia, que es una evolución de personajes, es la forma en la que está escrita. Sientes que cada personaje tiene voz propia y tiene ese toque nostálgico, crudo y contradictorio propio de una persona en esta situación. Su ritmo en lento pero es que es la esencia de lo que nos cuentan y merece darle una oportunidad. |
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