Lectura ligera, amena y divertida. Tiene un estilo desenfadado e informal. Está dividido en capítulos cortos, algunos contando la historia en sí, y otros mostrandonos cosas tan variadas como listas hechas por Clara, impresiones que le causa un libro según lo lee, mensajes intercambiados con sus amigos... Desde la línea 1 me he sentido totalmente identificada con la protagonista y su amor por los libros. Y me ha encantado como se van rompiendo los estereotipos que al principio parecen tan claros y asentados, y que sean los libros los que lo logran y unen a todo tipo de alumnos: deportistas, populares, becados... Suena tan ridículo y desfasado eso de prohibir libros que pararse a pensar que sigue pasando y siguen intentándolo muy cerca de nosotros es algo que asusta. Es increíble ver cómo los libros pueden cambiar la vida de quien los lee, removerle por dentro, empujarle a hacer cosas, a luchar por lo que quiere o lo que considera importante, aunque se vea dentro de un libro como es el caso. Lo he devorado, no podía parar de leer, estaba totalmente inmersa en la historia y en las dudas de Clara, tirándome de los pelos cuando llegaba a pensar que los libros podían ser malos y acompañándola en su lucha. Creo que es lo mejor que he leído este año. |