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Hay libros que se te quedan muy adentro. Como este, que me ha absorbido completamente. En realidad, quien se me ha quedado muy adentro es Paula Modersohn-Becker, primera pintora que se retrató a sí misma desnuda. Y embarazada. Tuvo la suficiente confianza en sí misma como pintora para hacerlo, pese al poco reconocimiento de su propio entorno (artístico y social-familiar). Su trayectoria se escapa de lo que se esperaba de una mujer entonces. Su valentía y su determinación: “ya no tendré que avergonzarme y quedarme callada, sino que sentiré con orgullo que soy pintora” Esta obra, que tiene por título un verso de Rainer María Rilke, amigo de Paula, no es una biografía al uso. La estructura no es cronológica, se atreve a especular e imaginar y nos cuenta lo que de buena gana la escritora quiere dar a conocer de esta pintora (sólo faltaría), pero lo hace con un estilo y una profundidad que me han maravillado. A ello contribuye, sin duda, la inclusión de fragmentos muy elocuentes de cartas y diarios de la propia Paula, que nos permiten conectar con su universo… desde la dimensión artística, pero también desde la afectiva, la vinculada con el hecho de ser mujer, con su identidad, con sus anhelos en la vida, con su urgencia por crear, por vivir, por aprender,… “Siento en mí una urdimbre delicada, vibrante, un batir de alas en reposo, conteniendo la respiración. Cuando sea realmente capaz de pintar, eso pintaré”. (…) “Ya no soy Paula Modersohn y tampoco soy Paula Becker. Soy Yo y espero ser cada vez más Yo”. Mi copia de este libro está subrayada, marcada, manoseada…, y aunque os lo querría contar todo, lo mejor que podéis hacer es leerlo y encontraros con ella a vuestra propia manera… |
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