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Este libro me ha absorbido en su historia nada más comenzar a leerlo. Violeta es madre de Sofía, una niña de 6 años. Debido a su divorcio con Emilio, Violeta y Sofía se quedan a vivir en el piso conyugal que es propiedad de su ex suegra, Mari Sales la cual no le hace la vida fácil. Mari Sales vive en el mismo edificio con su otro hijo Juanjo, que Violeta y con sus dos perritos Pixy y Dixy. Tiene una obsesión con Violeta que lo único que quiere es hacerla sufrir. Josefa es la portera del edificio y como buena portera, es la que se entera de todo y ayuda a Violeta y a Ignacio a dar con el asesino del difunto Enrique. Ignacio es un hombre que vive en el ático. Después de la muerte de su mujer Mercedes lo pasa muy mal. Cintia es la viuda de Enrique y madre de tres hijos, una mujer que presume de lo que no tiene pero que desearía tenerlo. Ana y Carlos son una pareja del edificio que se pasan el día discutiendo o sin hablar. Carlos es un hombre que solo quiere el dinero de Ana y al enterarse de que ésta la quiere dejar, trata de volverla loca y que la encierren en un psiquiátrico. Víctor es el vecino del primero, un chico muy atractivo que pretende conquistar a Violeta, pero ella decide investigarlo más porque no acaba de fiarse del todo. Sonia y Alejandro son la pareja perfecta con sus cuatro hijos perfectos, o eso hacen creer, pero como podemos comprobar en este libro, las apariencias engañan y bastante. Violeta va descubriendo cosas que ni se imaginaba de sus vecinos. Pero la carta que le deja su amigo Ignacio no acaba de mejorar la situación, ya que la dejará más desencajada. Me ha encantado este libro tanto como el otro. Eugenia tiene una forma de escribir que te cautiva y es muy amena. |
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