Nadie se muere de amor

"Nadie se muere de amor", escrita por Géraldine Dalban-Moreynas, es considerada "Best Seller Internacional" y además fue galardonada con el Prix du Premier Roman 2019.

Me llamó la atención por su sinopsis, creo que en este caso muy acertada para captar al lector. Pero sin duda me ha sorprendido más, y de una manera muy grata, cuando comencé la historia.

La manera de narrar la historia por parte de Géraldine Dalban-Moreynas me ha parecido muy original, y es lo que más me ha gustado. Resulta muy llamativo cómo, en pocas páginas y con las pinceladas justas de información, la autora nos presenta la vida de los protagonistas durante un año y medio. Es una lectura muy ágil y amena, con la que iremos pasando página tras página sin darnos cuenta.

"Nadie se muere de amor" está llena de situaciones del día a día de cualquier lector: una mudanza, una vida en pareja, una petición de matrimonio, cenas con amigos, la idea de formar una familia, amor, ilusión o conocer a los nuevos vecinos. Pero obviamente, como en la vida real, no todo es bonito, también existe la soledad, la tristeza, el agobio por el trabajo, por temas personales o las discusiones.

Todo ello se entremezcla con el flechazo de la protagonista por el nuevo vecino, y viceversa. Y a partir de aquí comienzan los mensajes, el engaño, las citas a escondidas, de nuevo la ilusión, el amor, lo prohibido o los nuevos planes de futuro. Pero de nuevo, no todo es tan bonito, también hay lágrimas, reencuentros, más lágrimas, frustración, odio, familias rotas y más lágrimas. Un tira y afloja continuo, pero también una lucha por salir adelante, por superarlo y por demostrar, como el propio título indica, que nadie se muere de amor.

La autora presenta la historia en tercera persona, no llegando a desvelar en ningún momento el nombre de los protagonistas. A pesar de esa relativa distancia que la autora quiere poner en todo momento entre los personajes y el lector, al poco de comenzar la historia se acaba estableciendo un vínculo, que al menos en mi caso, ha durado hasta el final. Y se debe a la manera de exponer la historia, directa y sencilla.

La historia es bonita y dura, tiene una crudeza real que en más de una situación me ha puesto los pelos de punta. La autora solo cuenta lo que importa, dejando de lado todo lo demás. Por eso considero que la historia puede impactar tanto en el lector.

Romanticismo y erotismo, pero también una buena dosis de drama, que invitan a reflexionar sobre las relaciones de pareja.

En resumen, "Nadie se muere de amor" es un claro ejemplo de que no hacen falta descripciones grandilocuentes ni un exceso de información para llamar la atención del lector, contar una buena historia y que trasmita tantos sentimientos como en esta ocasión.
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