Nadie se muere de amor

La portada me llamó muchísimo la atención al igual que su sinopsis, pero lo que me encontré entre sus páginas no esperaba encontrarlo, toda una sorpresa y super diferente a lo que acostumbro a leer, aunque una historia real y dura a la vez.

Nos encontramos con dos parejas que viven en el mismo edificio, ella vive con su novio y él con su mujer e hija. Ambos se cruzan y con una mirada, sus vidas tal y como las conocían, darán un vuelco de impresión. Se evitan, pero pasa lo inevitable… y el final tenía que llegar.

Como os decía una historia sorprendente y ese primer factor sorpresa es que ni se quiera conocemos los nombres de los protagonistas, pero con la narración no hace falta, somos muy capaces de ponernos en la piel de él y de ella, de cómo lo intentan evitar, de cómo lo viven, de cómo se tiran a la piscina, de cómo sienten… de cómo sufren.

En un principio el tema puede ser un tanto controvertido, pero hay que meterse dentro de la historia para poder entenderlos y no apedrearlos, porque al final de lo que trata es del adulterio. Una historia cruda pero real y con una narrativa ágil (y sorprendente al principio) donde lo que importa son ellos y sus sentimientos, sus mensajes, sus palabras.