Un libro que leí mil veces de pequeña. Tras la muerte de sus padres en trágicas circunstancias, James se ve obligado a vivir con sus tías, unas brujas en toda regla que le hacen trabajar sin descanso. Hasta que un día descubre que, gracias a la magia, un melocotón de su jardín ha crecido hasta ser gigante y en su interior viven varios insectos muy simpáticos con los que compartirá una alocada aventura. Muy, muy recomendable.
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