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No se trata de un estudio histórico sino de una novela de ficción, por lo cual no es una historia que siga fielmente la realidad de los acontecimientos. al final, la autora añade un epílogo para que cada cual se haga su composición de lugar o, lo que viene a ser lo mismo, que el lector decida dónde colocar su fe más allá del relato. La narrativa mantiene un ritmo al trote y tanto es así que es una novela muy indicada para lectores a los que echa para atrás las historias hiper descriptivas. Este no es el caso. La prosa es elegante, concisa y se diría que incluso pragmática, esto es, dice lo que tiene que decir sin caer en parrafadas de relleno y/o de adorno. La trama es de lo más entretenida y su objetivo varía hábilmente en función de cómo se desarrolla el personaje principal. Esto hace que la lectura enganche desde el principio ya que el lector crece junto al personaje. También su curiosidad se encela con él y, lejos de decaer, se mantiene en todos los escenarios que plantea la autora. |
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