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Segunda parte de la serie Cliché. Diego Torres es un chico risueño, deportista, ligón, sexy y con una sonrisa canalla. No ha tenido una adolescencia fácil, cuida de sus hermanas, lleva el peso de la responsabilidad de su familia a su espalda y solo quiere ser el mejor en el hockey para que un buen equipo le fiche. Sasha es una patinadora profesional y campeona. En la universidad todos la conocen, pero tienen de ella una idea preconcebida que no es así,sus padres están separados y ve muy poco a su padre, su madre es su entrenadora y la lleva al extremo de los extremos. No sabe lo que es ser ella misma. Una de las cosas que más me ha gustado es la evolución de Sasha, como se empatiza con ella, como le ves dando pasos en el camino que ella se merece, pero sobre todo que esos pasos los da porque ella toma las decisiones no porque otros le digan que hacer y que Torres como Brooke (su mejor amiga) siempre están a su lado apoyándola. En el primer libro ya me gustaba Torres y quería leer su historia, tiene ese punto graciosillo, canalla y sexy, pero me ha gustado ver mucho ese lado más personal, emotivo y como carga con responsabilidades que no son suyas, pero que no sabe cómo manejar todo. La atracción entre Torres y Sasha es innegable, es palpable en cada página, pero primero hay que tirar abajo los prejuicios e ideas que tienen del otro, para dejar ver a la persona que hay detrás y entonces empiezan a florecer los sentimientos en un romance a fuego lento, lleno de llamas de la pasión. Una historia que habla de temas importantes desde la importancia de quererse y respetarse a uno mismo, la verdadera familia, temas de trastornos de alimentación, la identidad de las personas y que los sueños, si luchas por ellos, se cumplen. El primer libro me gusto, este segundo ha estado a la altura y no me quiero imaginar que nos espera con el tercero, lo que sí sé es que va a ser difícil de despedirse de estos chicos. |
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