El palacio de papel es un texto que te atrapa y te cuesta soltar. Cuesta un poco creer que sea la primera novela de Miranda Cowley Heller, porque su narrativa es cautivadora y muy bonita. Consigue crear unas descripciones que no resultan pesadas y te transportan al lugar a través de las imágenes mentales que dibuja con las palabras. El relato, ese día decisivo para Elle, que nos va relatando a su vez partes de su vida, está cargado de secretos, culpa, decisiones erradas, mentiras... y unas escenas muy duras. Si soy sincera, no he llegado a conectar con el personaje de Elle, quizá por personalidad, quizá porque como buena heroína trágica ha sufrido mucho más que cualquiera. Y a pesar de ese dato, que por lo general me hace soltar el libro, quería saber más, quería conocerla a fondo y descubrir cuál era su decisión final. No negaré que en parte pueda haber cierto morbo por ello, y creo que la autora se aprovecha de ello de una manera excelente. Ha sido un placer leerlo antes de su publicación oficial, porque seguramente me lo habría perdido de no ser por la Masa Crítica. |