La ruta de los huesos

Menudo viaje, desde la melancolía, nos ha hecho vivir el autor con esta historia ambientada en plena guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, a medio camino entre una novela de espionaje, con una gran carga psicológica, y una novela histórica, por la gran base real que existe en todo lo que nos cuenta.

No es una novela coral, ya que hay un claro protagonista, pero tras terminarla tenemos la sensación de haber conocido a muchos personajes distintos, aunque a veces solo hablemos de dos párrafos, de una manera incluso privada, con esas pinceladas, a veces tan directas y certeras que no necesitamos más para comprender, y eso nos confirma el acierto del autor al construir de esta manera este cautiverio tan lleno de triste y desgarradora verdad.

Espionaje, engaño, política, guerra fría, matrimonio, gulag, trabajos forzosos, presos políticos, tortura, frío, amistad, pasado, dolor, arrepentimiento, víctimas y verdugos...

Otro de los puntos fuertes es cómo se cierra el círculo de todo y es precisamente por este motivo por lo que la considero una muy buena lectura. Es de esas novelas que cuando la terminas te dan ganas de llamar al autor y darle la enhorabuena por ese giro final que no esperabas y que te muestra casi como sin querer, pero que tú, que llevas leyendo ya muchas hojas, agradeces que esté allí, porque cobra sentido a muchas cosas.

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