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Los Montoya son una familia diferente y extraña que vive apartada de todo el mundo. Orquídea, la matriarca, parece estar protegiendolos a todo de algo que les hará daño y no sale jamás de su casa de Cuatro Ríos. Poco a poco todos han seguido su vida y se han ido de esa casa, dejándola sola. Pero cuando se está muriendo, todos regresan para ver si descubren todos sus secretos y cuál es su herencia. Pero nada sale como creen y tras pasar los años empiezan a ver como todos van muriendo y una sombra les está acechando. Los que quedan vivos viajarán a Ecuador para descubrir por fin los secretos y como parar esa maldición. Es un libro familiar muy bonito, mezcla magia y fantasía pero con una historia conmovedora, la de Orquídea Divina. La historia va saltando del pasado de la matriarca al presente con sus nietos e hijos y soy fan de esos regresos al pasado para conocer más de ella. Los personajes me han gustado mucho, tanto la matriarca como todos esos nietos que intentan investigar más y enfrentarse al destino. Me encanta el detalle original de que todos tienen flores que salen de sus cuerpos que florecen cuando lo necesitan. No es una gran magia, es sutil y el argumento no tiene muchos giros pero es bonito, pausado pero que te lleva a conocer más sobre los sueños, la familia y la cultura. Es un drama mágico, y aunque se puede hacer algo lento, es muy bonito y conmovedor. |
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