Virus mortal

Con este libro fui completamente a ciegas.
Me bastaba con saber quien era su autor, pues ya había leído antes algún otro libro suyo y me habían gustado mucho.
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Inevitablemente es leer que un libro trata de un virus mortal y me tiro de cabeza a por él. Todo lo que sea thriller médico me gusta y me atrae mucho, luego es otra historia cómo se desarrollen y si merecen la pena.
En este caso me ha sorprendido muy gratamente.
Si hubiera leído la sinopsis, creo que me habría destapado demasiado y no habría disfrutado tanto de su lectura.
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Nos encontramos con una familia como protagonistas de una auténtica locura de sistema sanitario.
Tras la "insignificante" picadura de un mosquito, Emma enferma de gravedad y ha de ser tratada en el hospital. Todo se pondrá patas arriba cuando Brian, su marido, reciba la llamada del departamento administrativo del hospital para comunicarle que su aseguradora médica deniega el pago de la visita a urgencias de su mujer y que ha de hacer frente al pago de dicha factura.
A partir de aquí, se desarrollan los acontecimientos y os puedo asegurar que he sentido auténtica ansiedad de pensar que necesitas acudir a un médico y que no puedas por no tener cómo pagarlo, o que esa visita te suponga la ruina total.
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Creo que es una magnífica forma de acercar al mundo la realidad del sistema sanitario de los Estados Unidos y del negocio que hay detrás de la salud, en este caso de los seguros médicos.
Una crítica redonda a un negocio que, desde la pandemia, es aún más lucrativo según se puede observar.
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Después de leer este libro, me he dado cuenta de la "suerte" (pues no debería llamarse así, sino que debería ser un derecho mínimo de cada persona poder acceder a la sanidad sin arruinarse) que tenemos en España de contar con un sistema de salud público. Bien es cierto que no funciona como debería, pero ahí lo tenemos al menos, sólo hay que luchar para que haya más inversión y así mejorarlo.
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Os animo a leer el libro porque yo me he quedado alucinada.
Quizá me ha faltado ese ritmo del thriller pero es que lo compensa con la rabia e indignación que te hace sentir ante los acontecimientos.