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¡Puede contener spoilers! Con este tercer tomo se da por finalizada la trilogía de la Reina de Cristal, y por ende la aventura de nuestra protagonista. Kira ya se encuentra como reina de Decia junto a su antiguo amigo Ode, el cual está muy cambiado debido a su ambición y sed de poder. Manipulándola, consigue hacer a Kira conocedora de la octava fuente, la cual es activada por ella misma, provocando una serie de catástrofes a los habitantes del país. La única forma de remediar esto es ''sacrificándola''. Ella le pide ayuda a la Vieja Bruja, una anciana que tiene el poder de volverse joven en el agua. El día del sacrificio, la protagonista es salvada por esta misma mujer que le hace reunir con Edan, y a partir de ahí, estos dos emprenden una aventura para curar a los enfermos de las aguas de la octava fuente. Tiempo después de trampas, alianzas, etc... Kira se encuentra presa por Ode cuyo afán es matarla. Entonces entra en acción Moira, proporcionándole un libro antiguo, el cual le revelará el significado de dicho sacrificio. Al final, gracias a dicho ritual el agua de Decia vuelve a fluir con normalidad a cambio de la desaparición de los poderes de la protagonista, pero la cual empieza a vivir su vida como reina junto a Edan. Este es el libro que menos me gustó de los tres, para ser sinceros lo terminé por el simple hecho de que si empiezo una saga me gusta terminarla por completo, pero apenas lo disfruté. Sigue con las mecánicas de los anteriores libros; se odian, se quieren, se vuelven a odiar, … al principio poseía la hipótesis de que la protagonista era estúpida, pero en cada libro me lo han ido demostrando más. Cayendo en trampas extremadamente obvias, arrastrándose como siempre, en fin... Seguiré pensando lo que escribí en la reseña del primer tomo, la idea está bien, pero le falta trabajo y pulirlo. |
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