Las horas prestadas

A grandes rasgos, se trata de una novela breve que perfila el viaje iniciático de Adriana, una adolescente de 17 años. Su vida parece llena de grandes lujos pero, los cambios de residencia constantes motivados por el trabajo de su padre, suponen un vacío existencial profundo en la joven protagonista.

"Las horas prestadas" es un ejemplo de novela bella y sensible. A lo largo de sus páginas, acompañamos a Adriana por sus interminables incursiones en las calles de las ciudades que visita. Por supuesto, la intención va mucho más allá de hacer disfrutar al lector con elegantes descripciones; observando los espacios desde su mirada, asistimos a su búsqueda dramática de cariño e identidad en cada esquina.

El relato es sumamente agradable gracias a una prosa precisa. Belén Conde posee un estilo claro, sin artificios innecesarios. Por otro lado, su dominio de un vocabulario exigente pone voz y dimensión a las profundas ideas que predominan en la novela. La autora cuida mucho su pluma para lograr comprender el bloqueo #emocional que sufre Adriana, conformada por frustraciones veladas y desgarradoras.

Tal vez, una de las pocas debilidades de este trabajo sea la precipitada resolución del conflicto narrativo. He añorado algo más de desarrollo en esa sección. Aun así, el lector tiene ocasión de emocionarse con una historia excelente, sin cabos sueltos ni altibajos en el ritmo.

Me consta que Belén Conde ha escrito otras novelas. Sin duda, tras mi experiencia con "Las horas prestadas" , seguiré explorando su particular forma de plasmar el mundo.