La tresse

Me resistía a leer este libro cuya portada me persigue hace años en autobuses, salas de espera, librerías, IG… Este verano compré una edición de bolsillo en una estación de paso con varias horas de espera por delante, pero ese tiempo posible de lectura se esfumó escuchando conversaciones ajenas.

Unos meses después retomo el libro sin distracciones: se lee rápido, está escrito de manera sencilla, entretejiendo rítmicamente las tres historias en capítulos breves, pero ¿qué tienen en común tres mujeres, tres países, tres historias que parecen estar en las antípodas? Si estiramos los hilos no es así… Puede parecer que el argumento que las une se aguante por los pelos. Pero nunca se tiene que minusvalorar un pelo, puesto que aunque sea fino y ligero, puede llegar a pesar tanto como para cambiar vidas. E igual que la expresión “mi sangre corre por tus venas”, los cabellos pueden correr por otras cabezas.

Ninguno de nosotros puede escapar a la historia colectiva: vamos todos juntos en este viaje, nuestros destinos se cruzan, se entrelazan a ratos, se separan, se vuelven a entrelazar, en una coreografía de sincronizaciones improvisadas. A medida que escribimos nuestra historia, escribimos también las de los demás y viceversa. Según el conocido dicho popular chino, se puede sentir el leve aleteo de las alas de una mariposa al otro lado del planeta. Cada destino es único, pero todos formamos parte una trenza infinita.